Paco Guerrero
De Regalarte
Yo acuso a la Universidad. Pruebas de acceso, entrevistan a los especialistas y no paran de hablar de salidas profesionales: cuando la Universidad se convirtió en una FP firmó su acta defunción, y nosotros la nuestra porque no debemos fomentar a los pedantes, pero no hay sociedad libre sin pensamiento.
Nuestra enseñanza no puede ser ajena al mercado laboral, pero si éste quiere formación específica que la pague. Una carrera se estudia para obtener el máximo grado de conocimiento sobre lo estudiado, esto es: la investigación, de camino lo laboral. Si resulta o no poco práctica no lo puede decidir el mercado, por ese camino hemos desprestigiado las Humanidades, el Arte, graduamos a técnicos analfabetos... No olvidemos vínculos entre política, Estudios Superiores y dirección de Empresas y organismos Públicos, o sea: sueldos multiplicados por diez, son corruptelillas.
La erudición se ha metamorfoseado en competencia. El cese de esta basura pseudointelectual sólo puede venir de las enseñanzas medias; evaluar se ha convertido en un galimatías tecnificado que genera una sola angustia en la Inspección educativa: el defecto de forma. Ahora no se reclama una prueba, parcelada la calificación en dos docenas de apartados hay dos consecuencias: para suspender prácticamente hay que desaparecer, la reclamación puede ser sobre una porción mínima de la baremación y hay que contestarla por obligación. La Inspección, culpable del desastre educativo porque no vela por los intereses del alumnado sino de sus rectores políticos, sólo busca tener un soporte tecnológico que les permita solventar las dudas sin desplazamientos, citas y larguísimas jornadas de verano convenciendo a las partes... ¡El ordenador, miramos las cifras y disfrazamos todo de objetividad supuesta!
Me repugna, no soy profesor para esto, ni ése es mi trabajo ni es el de la Inspección. Estamos creando un monstruo complejísimo que se autodestruirá ineluctablemente, nadie entiende qué estamos haciendo ni para qué... ¿Por qué no hablan directamente con los claustros? El desprecio por lo intelectual, por el esfuerzo y la erudición son rasgos de los ultras, ellos creen en la unidad de destino en lo universal. Desaparecido el pensamiento, nos queda ser competentes, lo propio de los obreros dóciles.
Yo acuso al profesorado de servidumbre consciente, la Enseñanza debe ir a la huelga ya: ah, no, que empieza el verano.
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