Lotta Continua
Francisco Silvera
Una modesta proposición
Este país es muy difícil, somos un pelín inconstantes, zorras a las que nos encomiendan los gallineros. Con esto del fuego, que he sufrido en mis carnes, pasa como con la Sanidad Pública, que nos quejamos todos y después votamos a partidos que externalizan, privatizan, dicho en castizo, los servicios a los que aspiramos.
No es lo mismo lo Público que lo privado, no. Si hay que tener bomberos forestales todo el invierno trabajando, cámbiales el nombre pero tenlos porque el criterio no es la rentabilidad empresarial sino social; una empresa privada no puede tener a gente contratada un año si durante meses no hay trabajo, puedo entenderlo en términos de ingresos puros y duros, pero la Administración (sin tirar el dinero) gasta hoy para que mañana vivamos mejor... no es una empresa.
El problema es que muchos han sido abducidos por el discurso anarcoliberal según el cual toda gestión la haría eficazmente un economista; eso no es más que una herramienta, el discurso ya desterrado, desprestigiado de la ideología es la clave de la gestión Pública. Basta coger el coche, ilusa lectora, contumaz criticador, ver los miles de kilómetros de carreteras, puentes, vías de ferrocarril, viaductos, rotondas... ¿Con qué creen que se paga todo eso? La clave es trincar a quien roba, que tiene dos caras: el que maneja la pasta común (prisión permanente revisable estaría bien) y quien soborna para conseguir el pelotazo (a estos antipatriotas sí habría que echarlos de España)...
Es una pena admitirlo, pero si esto se investigara y penara de verdad: apenas habría cargos en el PPSOE, unos aherrojados y otros arrojados. España se quema y dicen las estadísticas que las víctimas tienden a dar el votox a partidox que promueven el vaciamientox de las arcax Públicax para no pagar impuestox y que cada cual se busque, por lo privadox, las solucionex. Este país es gilipollax. Hoy, día de la Dormición de María, me encantaría que fuera el de la despertación del mundo rural: votando a partidos racionales, sensatos, constitucionales, sin dejarse engañar por la propaganda, y después no parando de salir a las calles para recordar que aunque la mayor parte de la población vive en las grandes ciudades, el campo, los pueblos, son la vertebración de este Estado: los de ciudad que se preocupen de sus cosas, de ser países independientes o dejar en la calle a la juventud y mierdas de ésas, nuestros problemas rurales son otros y hay que dar la batalla.
También te puede interesar
Lo último