Correctamente político

09 de junio 2025 - 03:06

Vivimos en la sociedad de lo políticamente correcto. Si no lo eres, serás tildado de facha o machista. Si quieres progresar en la vida pública debes ser progre, manque sea de pitiminí. Por tanto, no puedes ser taurino porque serás tachado de maltratador de animales y de asesino directamente. Aunque no es lo mismo matar a una cucaracha que a un toro en la Maestranza. Matar cucarachas si está permitido, toros no.

Carlos Francino ha dicho en la cadena SER que no es español quien no respeta las lenguas de España, refiriéndose a Díaz Ayuso cuando se salió de la Conferencia de presidentes celebrada en Barcelona días atrás para no escuchar lo que los presidentes de las comunidades autónomas de Euskadi y Cataluña dijeron en euskera y en catalán. Igual el periodista tiene razón. Pero nunca le he escuchado defender que el desfile de las fuerzas armadas se lleve a cabo en Gerona o en San Sebastián, por ejemplo, y que no sería español quien no quisiera eso. Claro que los vasquistas y catalanistas de pitiminí estarían de acuerdo con el periodista de La Ventana. Incluso él estaría de acuerdo también. Séase o no español, es de catetos provincianos decimonónicos que un español, como Illa o Pradales, se dirija en la lengua cooficial de su región a los demás asistentes de una reunión presencial –presidentes todos ellos de las demás comunidades autónomas de España– en un idioma que precisamente los oyentes no tienen obligación de conocer y no en el idioma que les une a todos, los 17, que sí tienen el deber de conocer. Permítanme que les diga que eso es de catetos.

Sin embargo, la presidente de la Comunidad de Madrid –debo decir presidenta para ser políticamente correcto– y novia de G. Amador, –el testaferro con derecho a roce, según dijo Óscar Puente en marzo de 2024, otro que tal baila– se pasó tres pueblos y fue de todo punto grosera cuando le negó el saludo a la ministra de Sanidad, Mónica García. A propósito, no entiendo por qué las mujeres entre ellas se saludan con sendos ósculos mejilleros, y los hombres entre ellos se dan la mano derecha. Pues Ayuso ni lo uno ni lo otro: mal hecho. Y además dijo una impertinencia insolente e innecesaria. O sea: hay que ser políticamente correcto, no incorrectamente político.

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