Alto y claro
José Antonio Carrizosa
Pablo y Pedro
El acuerdo de Gibraltar ha llevado al Ministerio de Asuntos Exteriores a romper una tradición –de sentido común– por la que las condecoraciones a sus funcionarios se otorgan en un acto público en recompensa por una labor ya concluida o como reconocimiento a toda una trayectoria profesional. Albares impuso la Encomienda de Isabel La Católica a seis altos cargos que participaron en las negociaciones (no cerradas) y lo hizo sin invitar a la prensa y ocultando incluso sus nombres. Extraño.
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