Cita con el peluquero

25 de octubre 2025 - 03:05

Lo que más me gusta de mi peluquero no es lo guapo que me deja. Lo que más me gusta es que no calla y ese carácter diletante con el que torea desde el puterío de Ábalos hasta la solución final nazi. Bueno, eso y que le corta el pelo a Pedro García Cuartango. Y mucho más que eso, que lo haga desde hace casi 20 años y todavía no sea capaz de decir bien su apellido. Él sabe que lo admiro y que lo leo, y cuando voy me dice: “Ayer estuvo aquí este… Cuadtang”. Al mes siguiente: “Macho, esta mañana ha venido Cuedtong”. Me digo que si a Cuartango le dice Cuadtang, a mí las citas me las debe apuntar como Niceto.

El mes pasado me contó que le corta el pelo a un chaval de 21 años al que siempre le pide la cita la madre desde Estados Unidos. Yo, flipando: “¿Cómo que desde EEUU?”. Él: “Digo, la madre vive allí y siempre llama ella para pedirle cita. ¿Te puedes creer?”. Claro que no, le dije, antes de que ambos empezásemos a disertar sobre la vida que llevaría el menda y si al pediatra entraría haciendo una videollamada con la madre o si los tápers se los mandaría en valijas diplomáticas como las que traía el avión de Delcy.

Granada es noticia. No por el primoroso Sacromonte, donde a uno se le mueren los odios y los rencores, ni por los Morente, aunque Estrella vaya a colaborar con la Rosalía. Granada es noticia por su universidad, en cuyo Vicedecanato de Prácticas ha instalado el personal un cartel en el que se prohíbe la entrada a los padres. “Todo el alumnado matriculado en Prácticas es mayor de edad”, recuerda. Se ve que el veinteañero granaíno se lleva a mamá a que se tutee con los de Recursos Humanos. O que mamá no sea fía del veinteañero granaíno y por mandato uterino se planta a hacer el papeleo. Han salido profesores a decir que alguna incluso se le quería meter en una revisión de examen.

Yo no creo que exista una generación de cristal, sobre todo desde que vi tanto mullet yendo a sacar agua y barro de Paiporta. En cambio, pienso y digo: la ministra de Educación es una Alegría que trae penurias de mente; PISA nos cruje y el Gobierno en lugar de collejas reparte algodones de azúcar; y da la casualidad de que el cincuentón que se queja de que el chaval es un blandito tiene un hijo de la edad del chaval blandito. Es el mismo que cuando Aitana menea el culo dice que menudo ejemplo para los niños. Da ejemplo tú, titán, que es tu hijo. En este país faltan espejos. Y un decreto ley que prohíba las llamadas desde EEUU a mi peluquero.

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