Notas al margen
David Fernández
Del cinismo de Sánchez a la torpeza de Feijóo
Corría 1920 cuando se fundaba el Tercio de Extranjeros a manos de D. José Millán Astray, un soñador, luchador, apasionado de la cultura japonesa y del codigo de honor de los samuráis, el bushido, semilla de la cual nació nuestro Credo Legionario. Él llegó a la conclusión de que España necesitaba un cuerpo de soldados profesionales, no de reemplazo, con una moral y espíritu de cuerpo que fueran equiparables a los de la Legión extranjera francesa.
La Legión es la culminación de ese sueño convertido en proyecto personal. Cien años llenos de gestas heroicas de nuestro Cuerpo, desde salvar a la ciudad de Melilla, las luchas coloniales en el Norte de África y en los últimos tiempos en misiones de paz en Bosnia-Herzegovina, Albania, Kosovo, Macedonia, Irak, Afganistán, Congo y el Líbano. Como bien dijo Valenzuela, "Legión, Legión, no hay palabra más viril que esta; demuestra tu hombría con la resignación de los hechos. Estas palabras fueron borradas del vocabulario castrense: no sé, no puedo, no quiero, cobardía, cansancio, deserción. Si no tienes ánimo para resistir esta vida dura, cumple tu compromiso y vete. La Legión no te necesita, nuestra raza aún no ha muerto".
Desde estas líneas quiero felicitar a todas las damas legionarias, caballeros legionarios en activo y a todos los que tuvimos el honor de llevar nuestro chapiri y vestir con orgullo el uniforme legionario y que desde las diferentes hermandades de veteranos luchamos por que no se pierda el vínculo con las nuevas generaciones y transmitirles lo que la Legión significó y significa, una noble labor que tenemos que seguir impulsando. Por esta pandemia del Covid-19 no hemos podido celebrarlo como la conmemoración exigía, pero desde nuestros corazones verdes de lejías lo viviremos con la misma pasión y no nos rendiremos, lucharemos para que en el 101 sea grande.
Como dice esa poesía:
"En callada explicación
el gorrillo ladeado
por cuanto diste de lado
al entrar en la Legión.
Flanqueando un corazón
enamorado y alerta
la verde camisa abierta
por si la Muerte aparece
pues tal señora merece
no hallar cerrada la puerta"
"Legionarios, con el gorrillo en la mano izquierda y con el brazo en alto gritad conmigo:
¡Viva España! ¡Viva el Rey! ¡Viva La Legión!"
"Y es que toda la vida no se está en la Legión, pero toda la vida se es legionario".
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