Armas frente a Solidaridad

03 de julio 2025 - 03:05

Es tremendo el contraste entre la reciente cumbre celebrada en La Haya de los países parte de la OTAN y la que se está celebrando esta semana en Sevilla, la IV Conferencia de Financiación para el Desarrollo de Naciones Unidas.

En la primera, salvo el honroso caso de España, todos los Estados miembros de la OTAN estaban de acuerdo en aumentar desde el 2 % al 5 % del PIB el gasto en defensa, básicamente alimentando el complejo político-industrial de armamento de los Estados Unidos que es, por otra parte, una de las vías privilegiadas de financiación del autócrata Trump y su entorno cercano.Impulsado este incremento de gasto por Estados Unidos, el resto de países, insisto salvo España, se plegaba incondicionalmente a dedicar una parte importante del presupuesto nacional en armas y municiones.

En la cumbre de Sevilla la situación es totalmente diferente, los Estados Unidos no se han dignado ni siquiera en aparecer. El resto han alcanzado un consenso basado solo en el lenguaje y la retórica, pero los compromisos reales de financiación se han eludido.

Apenas 4 de 192 Estados que existen en el mundo han alcanzado la meta de destinar el 0,7 del PIB a ayuda oficial al desarrollo de los países denominados “en vía de desarrollo” aunque, en realidad, estos países del sur global estén muy lejos de seguir esa vía y parecen eternamente condenados al subdesarrollo.

Téngase además en cuenta que el compromiso de alcanzar ese 0,7 % se alcanzó en 1970. Cuarenta y cinco años después solo lo han alcanzado cuatro países.

El incremento en armas desde el ya alto porcentaje del 2 % al 5 % se ha decidido en apenas unos días desde que lo exigiera el ególatra narcisista en jefe, plegándose los Estados de la OTAN de forma servil e indigna.

Las tareas pendientes en relación con la financiación del desarrollo son enormes y absolutamente necesarias para lograr un mundo más justo: reestructuración de la deuda, financiación de la lucha contra la emergencia climática, cumplir con los porcentajes de ayuda al desarrollo, involucrar al sector privado, la necesaria transformación de los fundamentos del comercio internacional, así como del sistema fiscal.

Se antojan tiempos difíciles para seguir ese camino hacia un mundo más justo cuando es más fácil comprar armas que ofrecer solidaridad.

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