Ángel Víctor no es delincuente

08 de noviembre 2025 - 03:05

Cómo habrá caído el nivel moral de la política española que un ministro convoca a la prensa para presumir de que él no cobra mordidas de los corruptores ni se va de putas ni se reúne con narcotraficantes. Me alegro de que la UCO de la Guardia Civil no haya encontrado ningún indicio ni prueba de que Ángel Víctor Torres sea un delincuente.

Lo que sí recoge el informe de la UCO a la Audiencia Nacional son abundantes indicios y pruebas de que el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática ha mantenido unos hábitos irregulares en el ejercicio de su cargo, una concepción anormal de la relación con los funcionarios de él dependientes y una práctica éticamente condenable del poder marcada por el partidismo y el amiguismo.

Son sus mensajes al delictivo Koldo García: “Me voy a cagar en todos los santos con la responsable económica y o lo soluciona o la levanto por el aire” o a la recíproca: “Te doy mi palabra de que me vas a tener para lo que te salga de los cojones” y “Si lo consigues me dejo violar por ti”. Y el contexto: las extensas e intensas gestiones de Koldo para que el ministro Torres, cuando era presidente de Canarias, acelerase el pago a empresas del comisionista Aldama –también autoconfesado delincuente– del dinero adeudado por el suministro de mascarillas durante la pandemia.

El lenguaje con el que se comunican lo dice todo sobre la personalidad de Koldo, pero también de la calidad política y las tragaderas del hoy ministro. ¿Qué presidente de una comunidad autónoma permite que el asesor y compinche de un ministro le hable así y le exija lo que le exige, y se pone reiteradamente a su disposición y se compromete a zanjar un problema burocrático de una empresa particular? ¿Qué sentido de la propia dignidad acredita un líder autonómico que obedece las instrucciones de un empleado de otra Administración sin competencias en la materia y las impone a la funcionaria de la Administración que él preside, poco proclive a enchufar a según qué acreedor? ¿Qué servidor público acepta salvar la habitual lentitud de todos los gobiernos para abonar sus servicios a contratistas y suministradores haciendo una excepción con alguien especialmente recomendado por el hombre para todo del ministro que es número dos de su partido?

Ángel Víctor Torres no es un delincuente. Sólo tiene casi todos los vicios de la vieja política que vino a limpiar.

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