La ciudad y los días
Carlos Colón
Nacimientos y ayatolás laicistas
DESDE niño he sentido una extraña fascinación por esa especie de catequistas ambulantes que son los testigos de Jehová. Su peculiar aspecto (jóvenes, rubios, pálidos e impolutos con una perpetua sonrisa adherida al rostro) y su uniformado equipamiento (camisa blanca de mangas cortas, corbata discreta, pantalones oscuros, zapatos negros y... una maletita) les hacía destacar, por contraste, de las gentes que habitualmente se movían por mi barrio (La Bajadilla). Como buenos cristianos "institucionalizados", veíamos con cierto recelo a quienes actuaban como prosélitos de la iglesia protestante, la misma contra la que los españoles venimos luchando desde los tiempos de Carlos I; pero su afabilidad, su perseverancia y su extremada educación hacían que la gente les escuchara y, aunque sólo fuera por cortesía, no rechazara los fascículos de " La Atalaya" y "¡Despertad!", las dos revistas que desde la "Watchtower" difunden sus creencias.
Parecida opinión a la mía, es la que debía tener la ex-delegada de empleo de Jaén, Irene Sabalete, cuando decidió recurrir al ejemplo de los testigos de Jehová para ilustrar a sus subordinados sobre la manera de hacer campaña electoral en favor del PSOE andaluz. Según la esclarecedora grabación difundida en estos días por los medios de comunicación, Dª Irene, invitó a sus empleados a olvidarse de sus cotidianas tareas laborales (si es que estas existiesen) para concentrarse en hacer campaña casa por casa (o empresa por empresa), recordándoles a los posibles votantes lo bien que los socialistas se han portado con ellos (subvenciones, ayudas formación...) y la conveniencia de seguir apoyándoles si quieren volver a recibir subsidios y sinecuras. "Esto es lo que más se parece a [la labor de] los testigos de Jehová", les dice, usando como ejemplo didáctico de entrega a una causa, la legendaria capacidad de perseverancia de los misioneros americanos. Sin embargo, consciente esta alta directiva de la Junta, de que es posible que a sus esbirros les asalten "dudas de fe" acerca del socialismo como ideología (y, en particular, sobre la honradez de su variante andaluza); les refuerza el ánimo evangelizador con un contundente argumento: "Si no ganamos las elecciones [el PSOE] vosotros no vais a seguir trabajando en la Junta de Andalucía". "Os jugáis seguir trabajando aquí o que cada uno se busque la vida como pueda". "El Consejero lo dijo sin paños calientes y yo también lo digo... os empapáis el programa, que el programa es muy fácil y os garantizáis la continuidad personal haciendo campaña electoral. Esto es así de simple". Poco se puede añadir al elocuente retrato del fraudulento del régimen socialista andaluz que se desprende de la arenga de la comisaria política jiennense. Por mucho que a la presidenta Susana... ¡la corrupción le rompa el alma!
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