Tribuna

José Carlos Cabrera Medina

Consultor de políticas migratorias y de infancia

Modernización y la valla de Melilla

Este episodio concreto nos hace comprender la importancia de las organizaciones no gubernamentales marroquíes

Protesta contra la actuación de los gobiernos de España y Marruecos

Protesta contra la actuación de los gobiernos de España y Marruecos / Juan Carlos Caval / EFE

Se ha hablado mucho de Marruecos y sobre todo de la actuación policial de dicho país en el último episodio de intento de salto de la valla de la frontera de Melilla. Los comentarios han sido fundamentalmente negativos, siendo calificados de desmedidos, desproporcionados y de oscurantistas con respectos a los datos, pero si lo analizamos, este episodio tiene una característica que lo diferencia claramente de los precedentes.

Efectivamente estos episodios suelen ser recurrentes en tanto en cuanto en esa frontera como en la de Ceuta, no parece que hayan cambiado las políticas migratorias en los últimos 25 años, más allá que en elevar la valla algunos centímetros más, o poner las sirgas en uno u otro lado.

Lo que diferencia a este episodio de los anteriores es que por primera vez y gracias a la sociedad civil organizada, en este caso representada por la AMDH (Asociación Marroquí de Derechos Humanos) hemos podido ser testigos de lo allí ocurrido a través de esas imágenes lamentables, no solo de la intervención en la valla, sino de la falta de socorro y atención a dichos emigrantes después de su detención.

Por tanto, más allá de la falta clara y fehaciente de la preparación para repeler este intento de salto de manera mucho más pertinente y proporcionada que no tuviera por qué costar desde luego la vida a los migrantes, esta vez, y por primera vez, hemos sido testigos de que no solo la sociedad civil está cada vez más comprometida con su sociedad y con los valores de los derechos humanos, sino que además publica unas imágenes que ponen en cuestión los acuerdos en políticas migratorias que se llevan a cabo entre ambos países. 

Desde un punto de vista etnocéntrico juzgamos a las culturas con referencias a la nuestra y a nuestros propios valores, y queremos que esas mismas culturas tengan una evolución parecida a los valores que vamos adoptando. Sin embargo, esa evolución no suele ser pareja y cada cultura necesita su propio tiempo para acoplarse a ciertos valores que pudieran ser universales.

Este episodio concreto nos hace comprender la importancia de las organizaciones no gubernamentales marroquíes en este momento clave para ayudar a aportar a la gestión de los flujos migratorios que se realiza desde una perspectiva meramente impulsada por la seguritización y capitaneada por los ministerios del interior de ambos países, a otra perspectiva, más social y humana, que evite claramente la vulneración clara, repetitiva y manifiesta de los derechos humanos en frontera.

Por tanto, dentro de este episodio que podemos calificar de tragedia humana, queremos ver un rayo de luz a la esperanza que encarnan en este momento dichas asociaciones que poco a poco pudieran influir en esos cambios necesarios en pro de una modernización y de la mejora de las políticas migratorias.

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