Merecido reconocimiento

Las medallas están bien, pero más lucirá que la Policía pueda realizar su labor con más medios, formación y plantilla

En esta brillante semana de septiembre hemos tenido un acontecimiento histórico como la procesión Magna Mariana y la presencia de nuestro paisano Alejandro Sánchez Pizarro, el hijo de Jesuli (Sanz para los de más allá del río Palmones), estrella planetaria de la música que recibía el Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Cádiz. Sin duda, esta semana estarán callados los que dicen que en Algeciras no hay de nada...

Pero más allá de estos importantísimos momentos participados con emoción por muchos algecireños me quedo con otro acto también celebrado esta semana, con otro reconocimiento, concretamente con la entrega de la Encomienda al Mérito Policial a los dos agentes de la Policía Local de Algeciras, que detuvieron al asesino de Diego Valencia el pasado mes de enero. Es más que justa la concesión de esta distinción a quienes arriesgaron sus vidas en cumplimiento de su deber profesional para detener al terrorista, sin saber aún si podía portar explosivos o si contaba con la ayuda de otros.

Pero más allá de tal merecido agradecimiento, lo verdaderamente justo para con la Policía Local de Algeciras es reconocer sus necesidades y proyectar y ejecutar lo necesario en aras de conseguir una mejor policía para el mañana a la vista de los retos que se presentan a nuestra sociedad.

Y hay cuestiones ineludibles que el Consistorio habrá de acometer, dialogando con todos y en ejecución de un Plan de Modernización de la Policía Local, como la renovación del material de seguridad; la continua formación de los agentes en las nuevas materias que atañen a su labor; la reestructuración de las unidades de policía para una mayor eficiencia por razón de las nuevas necesidades ciudadanas y administrativas; o sobre todo, la consolidación de una plantilla holgada para una ciudad con una población como Algeciras, que afronta problemas de seguridad añadidos por su situación geográfica. Esto último quizá sea lo más perentorio a la vista de la merma de efectivos que se sufre en la actualidad.

Con la nueva Ley de Policías Locales de Andalucía, en vigor desde el pasado mes de agosto, se normativizan nuevas funciones y estructuras, y quizá con la obligada adaptación a la misma que hay que realizar, sea el momento para, sin crispación ni partidismo y con un análisis serio y profesional, reconocer las carencias que afectan al Cuerpo y se actúe en consecuencia.

La seguridad y el libre ejercicio de derechos y libertades merece este esfuerzo. Las medallas están bien, pero más lucirá que la Policía pueda realizar su labor de manera más digna, con más medios, más formación, más plantilla y más reconocimiento por todos.

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