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Las circunstancias con la pandemia han cambiado, tenemos que manifestarnos de otras formas

Manifestarse es un derecho recogido en nuestra Constitución y sólo se podrá prohibir cuando existan razones fundadas de alteración del orden público, o cuando ponga en peligro a las personas o a los bienes.

Se critican las manifestaciones del pasado año del 8M. Participé, disfruté y repartí besos, entre ellos a nuestra parlamentaria Gemma Araujo. ¿Fui un inconsciente? No, el viernes 6M estuve en el concierto de Miguel Poveda, sin distancias y en un local cerrado donde el virus podía pasear cómodamente. Los que critican unas manifestaciones son los mismos que promocionan otras.

En nuestra democracia las manifestaciones se tienen que vivir con total normalidad, no deben ser nada extraordinario. Las manifestaciones no crean opinión social, ni opinión pública, ni transforman ideologías o conciencias, sino que son para el consumo propio. Por muchas manifestaciones que realicen las organizaciones protectoras de los animales, los taurinos continuarán disfrutando con la tauromaquia. Disfruto en las manifestaciones en las que participo. Saludo a amistades que hace tiempo no veo, nos sentimos parte del mismo grupo, consolidamos posiciones y argumentos.

Las manifestaciones también liberan, en el buen sentido, tensiones, con el grito de consignas; las canciones y bailes son una fiesta de la democracia. Manifestarte es un buen ejercicio físico, en algún caso un poco agotador, como la última que realizamos en La Línea para la petición de la apertura del nuevo hospital o la de la plataforma sanitaria en Cádiz.

Aunque las manifestaciones no crean opinión pública sí hacen cambiar de opiniones a los políticos, sobre todo cuando se les recuerda que son empleados "interinos" con un contrato de cuatros años. Tengo la completa seguridad de que el varadero del puerto de la Atunara no lo han construido porque no se han manifestado los pescadores. ¿Cómo no me van a gustar las manifestaciones si soy cofrade? Nuestras procesiones son manifestaciones públicas de fe. Ahora no participo en ellas sobre todo por respeto a mi alumnado. No me manifesté el último 8 de marzo y tampoco podré hacerlo el Jueves Santo con María Santísima de la Salud o el Viernes Santo con el Cristo del Mar.

Las circunstancias con la pandemia han cambiado, tenemos que manifestarnos de otras formas. En los momentos más duros del confinamiento, Cáritas continuó manifestando su solidaridad, las redes solidarias no se quedaron en sus casas. Debemos seguir manifestándonos con donaciones de sangre, con apoyos solidarios. En nuestra comarca podemos ver continuas muestras de otras manifestaciones y una muy clara fue con la inundación de la protectora de Los Barrios, fue una auténtica manifestación espontánea de solidaridad.

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