Cuando subir el sueldo ya no alcanza

24 de mayo 2025 - 03:06

En España se ha instalado una narrativa peligrosa: la idea de que los salarios están subiendo y, por tanto, todo va bien. Pero lo que muchos trabajadores experimentan en su día a día no es progreso, sino supervivencia.

La realidad es tozuda: entre 2008 y 2025, el salario medio ha subido apenas un 19,5%, mientras que el coste de la vida —medido a través del Índice de Precios al Consumo (IPC)— ha aumentado más del 37%. ¿Conclusión? Perdemos poder adquisitivo, aunque cobremos más.

Este desfase no es un fenómeno puntual, es estructural. Lo veo en mis propias facturas: el seguro del coche y del hogar me ha subido un 23%, la telefonía e internet entre un 5 y un 10%. Todo cuesta más, y el sueldo no da para tanto; es decir no es un capricho, es una brecha.

Lo preocupante es que esta situación está normalizada. Nos han enseñado a dar gracias por tener trabajo, aunque no nos permita llegar a fin de mes. El concepto de “trabajadores pobres” ya no es una excepción, sino una categoría consolidada en nuestras estadísticas.

¿Y qué pasa mientras tanto? La vivienda se encarece, los alquileres no dan tregua, los servicios esenciales se privatizan o se liberalizan sin control efectivo de precios. La clase media se encoge y el ascensor social está averiado.

Lo que necesitamos es una revisión profunda del modelo. Una subida salarial no solo es justa, es urgente. No puede ser que el crecimiento económico no se traduzca en bienestar social. Es hora de indexar los salarios a la inflación de forma razonable, de reforzar la negociación colectiva, de impulsar políticas fiscales redistributivas y de poner freno a la especulación en sectores básicos.

Porque el verdadero crecimiento no se mide solo en PIB o en beneficios empresariales, sino en la tranquilidad de saber que tu sueldo te permitirá vivir con dignidad.

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