música

La luz y la sombra en Anni B Sweet

  • La malagueña visita mañana el 'Pop CAAC' mientras prepara el que será su cuarto álbum, el primero cantado en castellano, en el que mantiene "el rollo eléctrico" de 'Chasing Illusions'

Ana López (Fuengirola, 1988), conocida artísticamente como Anni B. Sweet.

Ana López (Fuengirola, 1988), conocida artísticamente como Anni B. Sweet. / d. s.

Hace casi una década, en el año 2009, una veinteañera que respondía al nombre artístico de Anni B Sweet irrumpía en el panorama musical con Start, Restart, Undo, un álbum que publicaba Subterfuge y en el que esta malagueña que renunciaba entonces a sus estudios de arquitectura para consagrarse a la música derrochaba un particular encanto al que no se resistió ni la crítica ni el público. El tiempo confirmó aquellas buenas impresiones, y aquella promesa folk fue creciendo y reinventándose en los discos sucesivos, mostrando una mayor gama de contrastes y tomando un camino más sombrío en Oh! Monsters (2012), más tarde un cariz más eléctrico y luminoso en Chasing Illusions (2015). Mañana viernes, un día después de la actuación de Lagartija Nick, la intérprete visita el Pop CAAC para exhibir ante los espectadores del Monasterio de la Cartuja esa deliciosa versatilidad de la que ha hecho gala en estos años.

La malagueña prepara ahora su cuarto elepé, que publicará en 2019 y en el que, más allá del cambio de idioma -Anni B Sweet se pasa al castellano después de toda una trayectoria cantada en inglés-, vuelve a algunas claves que escondía su anterior trabajo. "A algunos temas les veo un toque de música de los 60 y de los 70, la misma línea por la que me estaba moviendo últimamente, y ese rollo eléctrico que tenía Chasing Illusions sigue estando aquí. El nuevo parece un disco para ser tocado con banda y con energía", anticipa la compositora, que no ha elegido título -"hasta que no vea la sensación global que transmite no lo decido"- y aún tantea cómo será el conjunto. "Hay canciones que piden algo más orgánico, otras en las que estoy metiendo más sintetizadores y teclados, otras en las que estoy con guitarras y pedales... De momento estoy con las demos y todavía tengo que escoger qué es lo que saldrá".

Hasta ahora, aunque la autora "siempre" está "dando forma a canciones, porque es algo que necesito y que disfruto", Anni B Sweet lanzaba alguna novedad cada tres años, pero en esta ocasión el paréntesis será más largo. "Necesitaba más tiempo para componer en otro idioma, pero a eso se sumó que la gira de Chasing Illusions se alargó cuando creíamos que había terminado. Surgieron más conciertos en acústico y no quisimos decir que no", explica al respecto.

En la ampliación de su repertorio, Sweet sigue dejando espacio para una de sus obsesiones: la inevitable convivencia entre la luz y la oscuridad, un asunto que ha tratado en temas como Onyx Stars o Shiny Days, donde cantaba: "Bring me my shiny days (Tráeme mis días resplandecientes)". La luminosidad que desprendía el conjunto de Chasing Illusions, ¿se mantiene en las nuevas composiciones? "Según el momento", responde, "hay días más oscuros y días más soleados, algunos en que ves las sombras como una amenaza y otros en que tanta luz te molesta. Es verdad que tengo una obsesión con la luz y con la sombra, utilizo mucho esos conceptos. No sé qué temas voy a acabar seleccionando, pero hay algunos más oscuros que en el anterior álbum y otros nuevos que tienen aún más luz que en ese disco... Sí, digamos que conviven esas dos vertientes en mi obra".

De esa hornada reciente, adelantó en alguna entrevista, se aprecia en algunas creaciones un punto sureño "que recuerda al flamenco". ¿Le ha influido instalar su residencia en Granada? "No lo sé. En inglés se notaba menos, pero ese punto sureño ha estado siempre en mi obra. Cuando me oyes en acústico sí se advierte cierta cercanía al flamenco con los giros, la sucesión de acordes...", sostiene. En lo que tal vez haya dejado huella su mudanza a Granada es en ese cambio de idioma que ha experimentado su música. "Con la gente con la que me muevo ahora hablo en español, pero antes el inglés era una forma de expresarme, era el idioma que hablaba en el colegio y con mis amigas. Para mí fue una sorpresa cuando saqué el primer disco y me preguntaron: Viniendo de Málaga, ¿cómo es que cantas en inglés? Yo hice lo que me salió, sin más", recuerda una autora que volcó su miedo a hacerse mayor en Getting Older y ahuyentó sus miedos en Chasing Illusions.

Su nuevo disco aparecerá cuando se cumpla una década de su aparición en el panorama musical, un arranque espectacular en el que ganó el concurso de maquetas de Mondosonoro y fue invitada a tocar en el Festival de Benicàssim. "Yo viví aquello de una forma tan rápida que apenas me di cuenta. Cuando terminé la gira del primer disco, ahí sí que pensé: ¿Yo he hecho todo esto? Ahí sí reparé en el privilegio y la alegría que había supuesto todo. Nos llamaban del FIB, de una y otra sala, y allá que íbamos: lo hacíamos con mucho trabajo y con mucha ilusión, pero yo al menos no era consciente de lo que pasaba".

En este tiempo, Anni B Sweet ha logrado conservar el respeto que se ganó en sus inicios y en su historial no se encuentran salidas de tono ni declaraciones comprometedoras. En un mundo en el que los creadores parecen obligados a pronunciarse sobre todo, la cantante se ha mantenido en una sorprendente discreción. ¿Mide mucho sus palabras ante los periodistas? "No ha sido algo calculado. Es más, alguna vez he salido de una entrevista pensando: Debería haber dicho esto o No debería haber dicho tal cosa. No tengo especial cuidado en ese sentido. Me gustan las entrevistas, a veces te hacen preguntas que te llevan a pensar, pero también en otras ocasiones, por no dejar al periodista esperando, por las prisas, respondes algo que realmente no piensas, y te encuentras con un titular que no te define".

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