Un legado lleno de historia
El que fuera su secretario mantiene en su casa la herencia de la cantante
Cada mañana al abrir los ojos Fernando Luis Aisa se encuentra en las paredes de su casa un óleo de Picasso, viñetas realizadas por Mingote, obras de Jean Cocteau, de Antonio López o un cuadro de Alberti. Una decoración espectacular que además de su inmenso valor, esconde mucho más. Y es que estas obras sólo son un ejemplo de las muchas que este hombre tiene en su casa y que forman parte del legado de Imperio Argentina. Aisa fue secretario personal de la artista desde el año 1992 hasta su muerte en 2003 y además se ha quedado al cuidado de todo lo que la diva atesoró a lo largo de su vida. Entrar en su casa de Torremolinos es como embarcarse en un viaje al pasado.
En su salón se muestran algunos objetos que Imperio Argentina utilizó en sus películas, como es el caso de un espectacular abanico de nácar, otro coronado de plumas o un juego de joyas realizado en coral. En la vitrina donde se exponen las joyas de la artista además hay una pulsera que, más allá de su coste económico, tiene un valor sentimental incalculable. "Es una pulsera de oro y pelo de elefante que le regaló su madre. Ella siempre la llevaba cuando subía al escenario", explica el actual propietario de este legado.
Dando un paseo por la casa se encuentran detalles que hablan de la azarosa vida de la cantante y actriz. Enmarcadas sobre un piano hay fotos de Imperio con Marlene Dietrich, una pequeña foto del que fuera ministro de propaganda nazi Joseph Goebbels con una dedicatoria personal y las invitaciones a la fiesta que Adolf Hitler organizó en su honor en Alemania. Junto a estos retazos de historia hay imágenes en blanco y negro de la artista en las que se puede ver la belleza que la convirtió en única. También hay fotos y obras dedicadas por varios autores de la Generación del 27, como es el caso de Miguel de Unamuno o Pío Baroja, con los que Imperio Argentina mantuvo una estrecha relación.
Los premios también tienen su papel principal en la casa. El Goya de Honor que recibió en 1989 preside el salón y a esto hay que sumar una medalla que le fue entregada por la reina Victoria Eugenia. Hasta se pueden ver las entradas enmarcadas del espectáculo que protagonizó en el Carnegie Hall de Nueva York, donde fue la segunda española en actuar, o una instantánea de Aisa junto a Penélope Cruz y Pedro Almodóvar cuando se descubrió la estrella póstuma de Imperio en el Paseo de la Fama de Madrid.
Pero, sin duda, el rincón más especial se encuentra en el comedor. La mesa principal está rodeada de sillas del zar Nicolás II, las cuales fueron adquiridas por la actriz en un anticuario de París. También allí se encuentra un gran espejo dorado que perteneció a su primer marido, el director de cine Florián Rey, y un cortinero ablasonado de su segundo marido, Ramón Baíllo Pérez-Cabellos. Los detalles tan castizos como unas castañuelas enmarcadas o un capote de Miguel de Molina sirven para completar la decoración de esta singular vivienda.
El legado está ahora a la espera de que alguna administración ponga en marcha un museo para exponerlo. Aisa afirma que la Academia de Cine le ha ofrecido un lugar, aunque él apuesta por mantener estas piezas en la provincia donde Imperio vivió sus últimos años. También adelanta que el próximo 15 de diciembre en el Teatro Cervantes de Málaga se realizará un gran homenaje a Imperio Argentina con la participación de Rocío Alba y Virginia Gámez. Un acto que servirá para recordar el verdadero legado de la inmortal artista: su voz.
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