Leer poesía es dejar volar tus emociones en pequeños pasteles. Leer poesía es comer bombones rellenos de licor. Leer poesía es pasearte por un pequeño jardín donde tiene el sitio adecuado cada flor. Leer poesía es estar en una biblioteca iluminada donde cada título con un simple roce de dedos te transmite toda la historia.

Sin embargo, cuando recomiendas comprar libros de poesía para los niños, la mayor excusa que me dan es que se leen muy rápido. Pero es que ese libro no es solo para leer una vez. Los libros de poesía infantiles pueden ser breves, pero “lo breve y bueno, mejor”. Es un néctar exprimido que te deja su sabor en la boca todo el día.

Poemas para las horas y los minutos es un poemario infantil dividido en dos partes. La primera parte nos presenta a las horas como una noria de un parque de atracciones. Iniciando su carrusel en la parte más alta, a la una de la madrugada y finalizando en la cúspide a las doce de la noche. En la parte inferior de los poemas tenemos la historia de los duendes.

La segunda parte: Poemas para los minutos deja volar la imaginación con pequeñas fábulas. Poemas donde sobrevuelan las brujas, andan a la pata coja los piratas comiendo nueces con cáscaras, donde las caracolas de mar dejan su sonido y la soledad nocturna desaparece con los sueños.

Juan Cruz Iguerabide, maestro en sus inicios, realizó el Doctorado en Filología y ha impartido clases en la Universidad del País Vasco. Tiene publicado una treintena de libros entre poemarios y literatura infantil. Utiliza un lenguaje sencillo, preciso y a la vez de gran belleza. Con este poemario fue finalista del Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, y obtuvo este premio el año 2018 por Abezedario Titiri-jario. Entre sus creaciones os recomiendo La ratita miracielo y Caperucita y la abuela feroz, ambos en la editorial EDEBE.

La ilustradora Elena Odriozola, es de las creadoras actuales con mayor presencia en la ilustración internacional. Premio Euskadi de Literatura por la ilustración (2009, 2013), el Premio Nacional de Ilustración (2015) y la Manzana de Oro de la Bienal de Ilustración de Bratislava (2015).