Perros y gatos tienen idiomas distintos: el movimiento de la cola, los sonidos guturales, el agacharse, estirar su espalda… Todo ello los lleva a equívocos, a tener una mala relación, incluso a la enemistad, pero Catlock, el gato más valiente del mundo, que no teme a nada, los unirá. Bueno a la oscuridad sí, esta le da mucho miedo.

Es la segunda aventura de Gatlock, pero son historias independientes, por ello no es necesario haber leído el libro anterior y tampoco es importante el orden de lectura.

El marco de la historia, donde transcurre, es Nueva York en el año 1917.

Los principales personajes de esta aventura son: Claudia, la paloma bizca que para no acabar en una cazuela guisada escapó de su palomar; la banda de los Pet Shop Dogs, con Ed el Chuleta y Mister V; los Gattuccini; el elegante cocker Joe y Brad el pitbull.

La disputa entre las bandadas de perros y gatos es muy importante: Ed el Chuleta acusa al clan Gattuccini de envenenar sus croquetas. Es un problema de salud pública ya que la vida de muchos perros callejeros está en juego. Gatlock desea traer la paz entre gatos y perros, pero para ello primero tiene que averiguar quién esta envenenando las croquetas e impedir que lo siga haciendo.

Los pequeños lectores recomiendan. Andrés Rocha, alumno de 6º, ha elegido este libro para leérselo a su hermano Jorge, alumno de 2º de primaria. "Es un libro entretenido, con una lectura cómoda. Además, tiene bonitos dibujos que hacen conocer mejor a los personajes. Cuando se lo he leído a mi hermano ha estado atento y he sentido su alegría, pienso que le ha gustado mucho".

La compenetración entre autor e ilustrador, Sébastien Perez y Benjamin Lacombe, es magistral. La autoría de Gatlock es conjunta. La fundación Edelvives indica: Perez es el encargado de poner las palabras creando unos textos llenos de humor, intriga e ingenio donde no faltan las referencias a historias clásicas como El ratoncito Pérez, El flautista de Hamelín o La dama y el vagabundo. Lacombe es el mago que pone cara y color a los actores.

Jorge Tenorio, con 7 años, nos cuenta que lo que más le ha gustado del libro son las ilustraciones, con solo verlas ya sabía lo que iba a ocurrir. También le ha encantado cómo se lo ha leído su hermano. Si queremos tener niños lectores primero tienen que escuchar las historias. Para animar a la lectura, los chavales tienen que apreciar la magia de las palabras y una forma muy sencilla de hacerlo es leyéndole buenos libros a sus hermanos más pequeños. La cara de felicidad del más pequeño es más gratificante y educativa que un sobresaliente.