Tres décadas de danza española

Ballet Nacional 'Minitemporada' en el Teatro de la Zarzuela de Madrid

El Ballet Nacional despide esta noche las celebraciones de su trigésimo aniversario con dos soberbios programas y un elenco de bailarines de lujo de todas sus épocas

Una imagen de 'Medea', con Merche Esmeralda y José Antonio.
Una imagen de 'Medea', con Merche Esmeralda y José Antonio.
Rosalía Gómez / Sevilla

27 de septiembre 2009 - 05:00

Las artes escénicas, a pesar del vídeo, son de naturaleza efímera y la emoción que nos producen sólo se puede guardar en la memoria. Por eso es tan importante, de vez en cuando, hacer un alto en el ritmo desenfrenado de la vida y, desde el presente, recordar el camino recorrido. Un camino -y es el caso del Ballet Nacional (BNE)- tan rico en obras y en artistas, tan lleno de danza, que debe haber sido muy difícil elegir, dentro su amplísimo repertorio, las piezas o los fragmentos que han llenado los dos programas presentados en el Teatro de la Zarzuela de Madrid desde el pasado 10 de septiembre.

Junto a una hermosísima versión de Bodas de sangre de Gades, auténtica joya coreográfica a pesar de los 35 años transcurridos desde su estreno, un público compuesto por profesionales y aficionados, que ha hecho que se cuelgue el cartel de agotadas las localidades, ha aplaudido con gran emoción piezas que ya forman parte de la historia de la danza española. Así, con la Orquesta de la Comunidad de Madrid en el foso -como en los grandes ballets de todo el mundo- han ido desfilando obras que, en su mayor parte, vivían ya solamente en el recuerdo. Algunas fueron auténticos hitos del BNE como la inmortal Medea de 1984, coreografiada por José Granero con música de Manolo Sanlúcar; uno de los momentos más emocionantes del primer programa puesto que tantos años después, sus protagonistas, Merche Esmeralda y el propio José Antonio, volvieron a encarnar a la trágica pareja. O Ritmos, de Alberto Lorca con música de José Nieto, o La oración del torero, de Victoria Eugenia, o grandes piezas preexistentes que el BNE adoptó y llevó por los escenarios internacionales, como El concierto de Aranjuez, un delicioso y sutil trabajo, de los que ya no se hacen, firmado por doña Pilar López en 1952 con música del maestro Rodrigo, o la célebre Fantasía Galaica de Antonio (con música de Ernesto Halffter), un homenaje a nuestras inagotables danzas regionales, estrenada en los granadinos Jardines del Generalife en 1956.

Y para bailar estas piezas está el sobresaliente elenco del Ballet, al que se han incorporado de forma excepcional bailarinas invitadas de otras épocas, como Maribel Gallardo, Lola Greco o la ya citada Esmeralda, o bailarines como Antonio Márquez, Carlos Rodríguez o el joven sevillano Francisco Velasco.

Esta minitemporada no es sino el broche de oro de una efemérides cuyas gestas se han extendido durante varios meses, desde 2008, y que han tenido momentos tan sobresalientes y aplaudidos como el programa presentado en el Teatro de la Zarzuela el pasado marzo, con una selección de las mejores piezas de la Escuela Bolera.

José Antonio, director del Ballet desde 2004 (y de 1986 a 1992) y autor de muchas de sus coreografías, ha querido celebrar a lo grande estos 30 años de danza, no exentos de dificultades e incertidumbres. Para la última velada, que se celebra hoy, ha querido invitar a todos los artistas que, en uno u otro momento, han militado en sus filas desde que la Dirección General de Teatro y Espectáculos del Ministerio de Cultura creara en 1978 el entonces llamado Ballet Nacional Español y, para dirigirlo, llamara al siempre añorado Antonio Gades.

stats