Todo comienza y termina en Tarifa
El festival de cine africano es el motor a partir del cual la asociación Al Tarab, su organizador, promueve las únicas iniciativas que existen en España por y para la difusión de la filmografía del continente vecino
Se podría traducir más o menos como El tío Boonmee que se acuerda de sus vidas anteriores. Fue la película con la que el tailandés Apichatpong Weerasethakul logró el pasado domingo la Palma de Oro del Festival de Cannes. Con probabilidad llegará a España, pero seguramente con escasas copias y la mayoría se quedará sin verla. Si ocurre con la ganadora del certamen más importante del mundo, qué no sucederá con el grueso de películas que se producen en África.
En España, sin embargo, sí se ha visto y ve cine africano. En los últimos seis meses, en concreto, 82 títulos, agrupados en 45 ciclos, en doce comunidades autónomas durante 141 días de proyecciones. Son las estadísticas que presenta el programa Cinenómada, iniciativa de la asociación Al Tarab, organizadora del Festival de Cine Africano de Tarifa (FCAT), que estos días añade más de un centenar de exhibiciones al inventario. El certamen tarifeño es el "motor", según su directora, Mane Cisneros, a partir del cual Al Tarab, en colaboración con diversas instituciones, pone en práctica a lo largo de todo el año las únicas acciones que existen en nuestro país para y por la difusión de las cinematografías de África. "Las únicas".
El FCAT, en el marco de sus actividades paralelas, enumeró y analizó ayer las iniciativas que impulsa de enero a diciembre para rescatar a la voz fílmica africana del anonimato, a este lado y el otro del Estrecho, y desarrollar el séptimo arte en el continente. En la galería Silos, durante una mesa redonda, se avanzó una interesante aspiración. "A nivel de divulgación en África estamos desarrollando un estudio de viabilidad que queremos presentar como un proyecto piloto y revolucionario, puesto que va a promover la fibra óptica como una opción para la divulgación y la democratización del acceso al cine en el continente, ya que seguramente va a abaratar enormemente los costes de exhibición y de distribución", informó Cisneros.
"Las motivaciones y los mecanismos que utilizamos en uno y otro lugar son completamente diferentes", expone la directora del FCAT. "La idea era transmitir a quien viene al festival y pasa por Tarifa, sea público o profesional, que este certamen es un motor de iniciativas, que no se para al noveno día sino que dura 365 al año y que la labor que realiza es constante. El sentido de este festival es que es el motor de otras muchas iniciativas".
Cinenómada es una de las herramientas más valiosas. "Hoy por hoy es el único dispositivo que permite y facilita la difusión de los cines de África dentro de la geografía española", resalta Cisneros sobre un programa que cuenta con el apoyo y colaboración de Casa África. "Se posibilita que películas que jamás serían vistas en España si no es en el ámbito de los festivales puedan llegar desde un pequeño ayuntamiento a una gran universidad pasando por un circuito organizado por una Diputación". Esta iniciativa "vale su peso en oro", considera su responsable.
Al Tarab también trabaja y posee el respaldo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). Ayer por ejemplo se presentó en Tarifa la conclusión de los procesos de adquisición de la compra de derechos por parte de la AECID de películas africanas para su difusión en las redes culturales de los institutos Cervantes y centros culturales españoles en todo el mundo. Esta es "una iniciativa absolutamente novedosa, que esperemos que tenga continuación, puesto que es la primera vez que España compra cine africano para promoverlo a través de sus redes exteriores", entiende Cisneros.
Este año también ha visto la luz el Festival de Cine Africano de Guinea Ecuatorial, promovido igualmente por el FCAT a través de Al Tarab y un certamen que ayer respaldó en Tarifa el gobierno guineano a través de su secretaria de Estado de cine. Se buscan ya las fechas para la edición próxima.
"Somos los únicos, pero también hemos contado con un apoyo inestimable de la Agencia Española de Cooperación y Casa África y algunos otros patrocinadores, pero sobre todo instituciones públicas que han hecho una apuesta por que el cine sea parte de su estrategia de cooperación al desarrollo", resume Cisneros.
"Se ha crecido muchísimo en los dos últimos años", apunta. "El hecho de que detrás de todas estas iniciativas esté un interlocutor responsable, serio y con una continuidad en cuanto a posiciones y manera de trabajar como es el festival de Tarifa es en realidad lo que está permitiendo que estas actividades y estas iniciativas de divulgación se puedan llevar a cabo, porque sí es cierto que nos hemos convertido en un referente y en un interlocutor fiable para los cines de África".
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