"La belleza del color consiste en saber manejarlo adecuadamente"

La restauradora de 'La Inmaculada' citó a Pacheco para elogiar la técnica de Murillo.

María Álvarez-Garcillán.
María Álvarez-Garcillán.
Ch. R. / Sevilla

21 de noviembre 2012 - 05:00

La experta que dirigió la restauración del Palacio de Linares, antes de que se abriera allí la sede de la Casa de América, se ha ido especializando a lo largo de sus 30 años de actividad en el Prado en cuadros de gran formato. María Álvarez-Garcillán, la reconocida especialista que ha restaurado La Inmaculada de los Venerables, obra ésta que en 1852 se convirtió en la más cara de la historia al ser adquirida por 615.300 francos para el Museo del Louvre gracias al empuje de Napoleón III, dedicó su intervención en la Escuela de Barroco al modus operandi de Murillo, "quien cumplía a la perfección las enseñanzas de Pacheco, para quien la belleza del color consistía en saber manejarlos adecuadamente".

La importancia de la luz para crear escenarios en sus composiciones, el gusto por el trazo oblicuo -presente en los dibujos de primeras ideas que usaba como herramienta-, la introdución del reclamo -fuera un niño, un mendigo o un querubín- que mira al espectador hasta lograr introducirle en la escena, la amabilidad personal de Murillo -que Álvarez-Garcillán relaciona con ese mensaje de cariño y piedad que siempre exhala su pintura-, así como su evolución estilística desde el naturalismo tenebrista a los efectos vaporosos y transparentes de su obra madura, fueron otros aspectos que analizó la experta en su aplaudida alocución.

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