El alcalde de San Roque, Juan Carlos Ruiz Boix, abrió institucionalmente anoche la I Bienal Canela de San Roque con unas palabras en las que enlazó la importancia de Alejandro Segovia Camacho con un arte, el flamenco, del que fue uno de sus más puros y fieles intérpretes. Habló ante un salón de actos del Palacio de Los Gobernadores completamente abarrotado, con público hasta de pie.

Inmediatamente el alcalde se congratuló por la presentación de Canela por el hablar de la gente, el libro de cuatro grandes estudiosos de lo jondo, José Vargas, Antonio Burgos, Carlos Martín y Luis Soler, que sirvió para arrancar este mes de homenaje: "Sin el flamenco no se entendería nuestra cultura y siempre tuvimos claro que había que organizar algo muy grande y que hiciera justicia a Canela por su huella entre los más grandes de este arte. Es muy importante un trabajo como éste porque ya queda escrita para la posteridad la vida y obra de Alejandro Segovia Camacho, Canela de San Roque, uno de los intérpretes más grandes del flamenco". Aseguró que esta cita tendrá continuidad: "La Bienal viene para quedarse". Fue José Canela quién agradeció, en nombre de la familia, que la Bienal tomase cuerpo ayer: "Mi padre se dejó el alma por el flamenco y espero que esta Bienal, con el tiempo, sea tan grande como lo fue él".

Vargas, presidente honorario de la Sociedad del Cante Grande de Algeciras, recordó cómo Canela supo de la preparación de este libro desde antes de su fallecimiento: "Mantuvimos una entrevista final en mi casa donde aprendimos, una vez más, muchísimo. Alejandro recuerda en sus cantes a todos los grandes sin imitar a nadie, porque tiene un sello personal y propio indiscutible". Vargas, que conoció al cantaor a principios de la década de los 70, rechazó que el artista sanroqueño fuese solo soleaero o seguiriyero: "Su amplitud de dominio de los cantes no tuvo límites nunca".

Carlos Martín, presidente del Círculo Flamenco de Madrid y uno de los autores, subrayó cómo Canela ayudó a difundir el cante por derecho: "Todo su quehacer lo transmitía en todos los lugares y en una familia que lo mantiene como legado".

Luis Soler, recientemente homenajeado en Algeciras, mostró su satisfacción por la publicación del libro: "Hemos querido estar a la altura y la talla de un cantaor como Canela de San Roque, me atrevería a certificar que todos coincidimos en esa majestuosidad. Él fue humilde, pero porque fue muy grande".