Vargas, fotógrafo de pinturas imposibles
Varias obras del artista son eliminadas de Facebook al considerarse ofensivas El algecireño expone a nivel internacional con gran proyección y reconocimiento
Mariano Vargas está constantemente evolucionando, creció con una cámara analógica y ha sabido reciclarse hacia el mundo digital. Se formó como pintor para luego dejarse querer por la fotografía. Disfruta del silencio del artista creando su propia escena, su encuadre. Huye del sensacionalismo, de la promoción rápida y ágil, sin embargo, se ha visto envuelto en una curiosa polémica, a la que resta valor e importancia.
Este diario se puso en contacto con él tras conocer a través del perfil de Facebook de Vargas que esta red social le había censurado algunas de sus imágenes, obras de arte. Vargas usa esta herramienta como mecanismo para informar a los seguidores de su obra del proceso creativo que sigue, sin embargo muchas de sus fotos fueron rechazadas al considerarse "ofensivas" y "fuera de la política de publicación de la empresa".
En su perfil no duda en lamentar la "doble moral" que rige Facebook ya que es habitual ver imágenes que muestran la barbarie humana. No pretende defender el desnudo, simplemente su obra, que es de carácter personal e íntimo. "El erotismo que planteo en mis fotografías es sano y muy consciente del límite que separa lo ofensivo y burdo, de lo moral y bello", cada imagen es un homenaje a la feminidad.
Su trayectoria y proyección son impecables y demuestran el encanto de su obra. Este algecireño, de 49 años, nació en San Fernando, pero con tan sólo un año ya se trasladó al Campo de Gibraltar. Es licenciado en Historia del Arte. De hecho su inicio fue pintar, usaba las fotografías como modelo hasta que se inició de forma autodidacta en el mundo de imagen fija.
Trabaja con la galería Imaginart de Barcelona, con la que se siente muy respaldado por la apuesta que hacen en él incluyéndole en los circuitos de ferias internacionales más importantes. Ha expuesto en Hong Kong, Corea, París y ahora llevarán su obra a Venezuela y Bogotá, haciendo una serie de circuitos, que le conducirán probablemente hasta Miami con la intención de saltar el año próximo a Londres y Nueva York. En Andalucía apenas se ha podido ver su obra, sí estuvo en la inauguración de la galería Nando Argüelles, sin embargo su exposición es más internacional.
Este fin de semana viajará a Madrid en el marco de un nuevo proyecto. Espera inaugurar en octubre en Barcelona la nueva serie de su colección. Está trabajando actualmente sobre la idea de los cuadros de Hopper, recreándolos físicamente en el estudio para introducir luego la modelo y disparar el objetivo. Y mira de reojo a su vez la Venus de Giorgione, al que considera impulsor del Renacimiento, una de las primeras que descubrió, "es la primera Venus que se pinta, con unas connotaciones eróticas importantes para su tiempo". En concreto, para realizar esta obra ha creado una maqueta sobre el fondo visible, "es un trabajo minucioso".
La serie que más éxito le ha dado es Soltanto Madonne, que dedica a su niñez, al descubrimiento de la feminidad, tiene un erotismo muy sutil. "Es un recuerdo de ese momento del descubrimiento del mundo femenino, que para mí fue a través de cuadros". Vargas recuerda que pertenece a los años 60, "me crié en una familia católica y descubrí ese misterio femenino a través de pinturas de Boticelli, Rafael y todos ellos. En el año 2003 empecé a hacer esta obra y es un homenaje a ese momento". El algecireño es genuino, peculiar e único. Concibe el arte con otra mirada. "Lo que hago es recrear una pintura ya existente", le añade un punto contemporáneo, "consigo traerme esas modelos a mi tiempo y la obra finalizada tiene un aspecto muy clásico".
La introducción del digital en la fotografía le ha dado la gran posibilidad de llevar la cromática a unos niveles que son mucho más superables de lo que hacía, "hay una evolución importante en mi obra", tal y como afirma este amante de la luz. "No soy un fotógrafo de disparar, lo que hago es preparar la escena y cada una de mis fotos tiene como una especie de ritual".
Empezó como fotógrafo haciendo fotos en blanco y negro, más eróticas, siguiendo los pasos de genios de los años 70. El color no le convencía demasiado porque no podía llegar al punto cromático que deseaba. "Usé la fotografía como un pintor, mi forma de trabajar es sentarme sobre un papel, esbozar la idea y luego llevarlo a un estudio".
Defiende el mundo digital, las herramientas que ofrece al artista. Vargas siempre lleva a bordo una cámara muy pesada por eso es raro verle fotografiando paisajes de forma espontánea, sin embargo espera hacerse pronto con una para captar los paisajes.
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