'El Tío Tom' presenta el día 27 de mayo las canciones de su próxima maqueta

El Tío Tom no es el título de un libro infantil, ni una película de aventuras, así se llama el grupo musical que une a los linenses Javier Gutiérrez y Álvaro de la Rosa. Un estilo rockero bajo unas insinuantes reminiscencias de los años 80 se confunden con el Folk, creando este sonido especial que convence a sus seguidores marcando como referente al cantautor americano Tom Waits, de ahí el nombre.

Este 27 de mayo ofrecen un concierto gratuito en La Línea que será la carta de presentación de sus nuevas canciones. El soporte para estas creaciones será internet, ya que en verano verá la luz su quinta maqueta, pero no saldrá a la calle como las anteriores, quedando sumergida en la red por primera vez para el disfrute de sus seguidores a través de Myspace y Eltiotom.bandcamp.

Este conjunto linense nació en el año 2006. En aquel entonces El Tío Tom era dos amigos que estudiaban juntos y, además, compartían la inquietud musical y la misma influencia artística -desde Nacha Pop a Antonio Vegas, siempre bajo el soporte ochentero-. Estos paralelismos les unieron. "Así empezamos a quedar juntos, a componer, pero claro en un principio no sabíamos cómo iba a surgir aquello", recuerda Gutiérrez. Después de un año intenso de autoconvencerse tomaron un camino más serio y decidieron empezar a grabar sus temas.

La tecnología para sellar sus canciones es limitada, "solemos grabar en un estudio que tenemos, digo estudio pero tenemos una grabadora de ocho pistas", detalla. Los instrumentos se adhieren de forma individual, además ninguno es experto con la batería por lo que suelen usar una caja de ritmo. Para mezclar el sonido cuentan con la ayuda para cocinar las pistas de dos personas: Javier Cabrera, que de vez en cuando toca con ellos en directo; y Albert Carr. "Las mezclas tienen un proceso de ordenador, nosotros no estamos puestos, por eso necesitamos la ayuda de los dos".

Javier tiene 29 años y Álvaro 31, ambos son vocalistas pero el primero se dedica más a la voz y a la guitarra; mientras el segundo utiliza más los pianos y los sintetizadores. Hasta el momento han producido un total de cuatro maquetas, las cuales se han distribuido por el Campo de Gibraltar, de alrededor de nueve o diez temas cada una. Pretenden sacar una nueva maqueta para el verano, pero estará sólo en internet, "sólo se publicará ahí y la gente se la podrá descargar gratis de nuestra página sin problemas. Muchos grupos han sacado ya cosas igual y se nos ocurrió hace poco, lo estuvimos pensando". Así, se apuntan a la supervivencia para proyectar su música de una manera más global y directa.

"Por internet solemos tener también cierta repercusión, antes te tenías que hartar de tocar por todos lados para que te conocieran, pero hoy con internet y las redes sociales mucha gente escucha tu música, ve tus fotos y te conoce, y ya no es igual. Tenemos mucha gente que visita nuestra página de todos lados de Europa, que comparte música con nosotros, otros grupos. Entonces siempre estás en contacto con músicos, con gente del ambiente y estás digamos en el mundillo", explica Gutiérrez.

Si embargo, editar un disco es una opción que tienen, aunque no les roba el sueño. El Tío Tom sabe que ahora hacen lo que sienten con la música y eso les alimenta, más allá de un sello discográfico. El 27 de mayo estarán junto a Lizardville en el pub Soviet de La Línea tocando en directo, grupo que les complementa y viceversa. Su sonido en vivo depende del escenario, en espacios pequeños e íntimos pueden bastarse ellos mismos, pero en ocasiones más rockeras cuentan con la colaboración del grupo citado, que les añade el sonido de batería, bajo y guitarrista.

Sus canciones no hablan de amor, más bien de experiencias, de personas que conocen a lo largo de sus vidas o de la propia naturaleza. Berlín y Banda sonora transversal -ambas instrumentales- son dos de sus canciones más exitosas, junto a El tiempo y el espacio y Desde el mirador.