Rancapino Chico, una voz de lujo en el 36 aniversario de la Peña Linense
El chiclanero ofrece su cante lleno de personalidad sensacionalmente acompañado por la guitarra de Paco León
¿es posible entrar en una peña flamenca y ver al público sin pestañear y con los ojos como platos de pura expectación? Perfectamente factible. Pasó ayer en la Peña Flamenca Cultural Linense, que celebró su 36 aniversario por todo lo alto con una de las mejores y más personales voces de los jóvenes cantaores actuales: la de Alonso Núñez, Rancapino Chico. Ofreció un recital profundo, de intérprete largo, cargado de emoción y dominio. Eligió la soleá para arrancar sobrecogiendo y lo logró, con creces, gracias a sus tonos plenos de dolor y elegancia. Así es el flamenco que defiende. Además, lo aderezó de la profesionalidad con la que se sobrepuso a una inicial falta de acoplamiento con la técnica del sonido. Fue cosa de segundos. La emotividad de su cante ganó enteros luego en la malagueña, con la que dejó al público totalmente absorto.
Rancapino no acusó que había regresado a su casa en Chiclana a las 6 de la mañana desde un compromiso en Jaén en la noche del viernes al sábado. Hizo un despliegue de dominio y variedad, aderezado por la increíble guitarra del portuense Paco León y sus sonidos de pureza y misterio. El cantaor ofreció unas alegrías y bulerías marcadas por su sello particular y solo por seguiriyas faltó un punto de redondeo de este palo tan complejo y exigente.
En la segunda parte terminó de meterse al público en el bolsillo, centrado como estaba en darlo todo y aventurándose como lo hizo más allá de los micrófonos en momentos de emoción flamenca para el recuerdo. Acabó ovacionado y con el respetable en pie.
El presidente de la Peña Flamenca Cultural Linense, Enrique Morales, quien fue renovado en su cargo por los socios la tarde noche del viernes, se congratuló por los 36 años de esta entidad de La Línea de la Concepción. Manifestó públicamente su alegría porque en esta nueva etapa de su mandato pueda concretarse el traslado de la peña a la Casa de la Cultura que antaño fue el museo Cruz Herrera. Morales habló incluso de un horizonte temporal para esta mudanza que oscilará entre los 7 u 8 meses.
Esta jornada festiva comenzó de hecho con la presencia del alcalde, Juan Franco, a quien la renovada junta directiva tuvo una nueva ocasión de insistirle en que el traslado al centro de la ciudad desde El Junquillo es uno de los principales deseos de los flamencos de La Línea. La intención es configurar un espacio museístico del toque, el cante y el baile con los amplios fondos históricos de los que dispone la peña. Y que esto constituya un atractivo turístico flamenco en el centro de la localidad del que actualmente se carece.
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