José Tomás corta una oreja en la Feria de Santander en su reaparición

El diestro Francisco Marco también pasea un trofeo ante el mejor toro del encierro. La corrida de Victoriano del Río resulta descastada y justa de fuerza

El diestro José Tomás pegando un pase por bajo en la faena de muleta del quinto de la tarde.
El diestro José Tomás pegando un pase por bajo en la faena de muleta del quinto de la tarde.
Mario Juárez

24 de julio 2008 - 05:00

El diestro José Tomás, que reaparecía tras la grave cogida que sufrió hace poco más de un mes en Madrid, cortó una oreja en su reaparición ayer en Santander, donde colgó el cartel de no hay billetes. Francisco Marco también paseó un trofeo en tono menor y Manolo Sánchez fue ovacionado.

José Tomás, que no realizó ningún quite al primero de la tarde, salió muy decidido con el seguntoreó con temple y buen son a la verónica para realizar, posteriormente, un quite de chicuelinas cuya principal virtud fue la quietud. El toro de Victoriano llegó a la muleta muy parado y embistiendo sin complicaciones. En líneas generales, a la faena le faltó ligazón ya que el toro no iba, por lo que José Tomás optó por citar en corto para aprovechar la embestida del toro. Molesto por el viento, el de Galapagar tragó mucho, dejando siempre la muleta muy bien colocada en la cara del animal, sin mover los pies de un palmo de terreno. Lo mejor, varios naturales de mucho temple y gusto, aunque sin poder ligarlos por la mala condición del toro.

El quinto fue más de lo mismo. Un toro, muy hondo, serio y cinqueño, tocado de pitones, que se demostró vacío por dentro. Sin raza, frenándose por momentos. José Tomás volvía a apretarse con el toro, muy quieto, poniéndose en el sitio aunque sin atropellar la razón. El toro no tenía continuidad y las embestidas salían con cuentagotas no pudiendo José Tomás prender un trasteo sobrio y serio con un final que encogió a los espectadores cántabros en un ceñido epílogo por manoletinas, sonando un aviso antes de coger la espada. Una estocada algo atravesada precedió a una oreja con petición de la segunda.

También cortó una oreja Francisco Marco, que se llevó el mejor toro de la corrida, un animal importante de Victoriano del Río, cinqueño, encastado y noble. El torero navarro se vio desbordado con el capote. En la faena, Francisco puso voluntad aunque no entendió a ningún momento a su oponente, que no sólo ha sido encastado sino que cuando embestía lo hacía con mucho temple, muchísima transmisión y un gran fondo. No se acopló en ningún momento El sexto fue muy complicado y Marco fue silenciado.

Manolo Sánchez salió a saludar con el que abrió plaza. Con el cuarto, anduvo menos que discreto con un toro justo de fuerza.

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