La fotógrafa Inmaculada Rodríguez (Cádiz, 1967) va a tener una ligazón sentimental muy especial con la I Bienal de Arte Flamenco Canela de San Roque. Y es así por la amistad forjada entre un cantaor y una artista de la imagen que arrancó en 2010 y que solo el fallecimiento del primero pudo interrumpir. De su objetivo sale la muestra de 45 retratos que se inaugurará mañana viernes, 7 de octubre, a partir de las 20:30 en el Palacio de los Gobernadores. "Mis fotos abarcan cante, toque, baile y palmas, no me he querido dejar nada fuera", argumenta satisfecha.

La voz aún se quiebra en Inmaculada Rodríguez -artísticamente conocida como Pureza Flamenca- cuando recuerda a su amigo Canela: "Hasta 2010 solo lo había seguido como cantaor y, desde esa fecha, fue un amigo de los que con dos palabras y una mirada tienes una conversación ya hecha. El engranaje entre los dos fue total, para mí ha sido de las personas que Dios pone en tu camino".

El retrato es la especialidad de Rodríguez. Sus imágenes describen a la perfección la tensión y el desagarro de cada quejío, del gesto de los intérpretes flamencos. Esa cualidad suya como fotógrafa fue captada al vuelo por alguien tan intuitivo como Alejandro Segovia Camacho, Canela de San Roque, quien así se lo manifestó en muchas ocasiones antes de fallecer: "Ves en la fotografía lo que otros no pueden ver, me decía".

La actividad artística de Inmaculada Rodríguez está muy centrada en el flamenco, sin duda su gran pasión. Con el tiempo, se ha convertido en toda una cronista gráfica de cualquier cita de esta música y lo complicado es no encontrársela cámara en ristre capturando cada instante.

Su exposición, que permanecerá abierta hasta el final de la bienal, es una de las principales referencias culturales de la misma. Para la misma familia del cantaor es un motivo de satisfacción que sus fotos formen parte de la programación de este primer acontecimiento de homenaje a Canela. Muy pocos son los cantaores o intérpretes flamencos que tienen una bienal con su nombre. Y su amiga Inmaculada Rodríguez no podía faltar.