El IECG cumple 20 años de difusión de la cultura y la historia de la comarca

El 5 de abril de 1991 nació el Instituto de Estudios Campogibraltareños (IECG). A punto de cumplir 20 años de su fundación se mantiene con más de 200 investigadores que colaboran de forma altruista, más por el interés cultural de sus componentes que por la apuesta económica y el apoyo institucional. En estas dos décadas ha avalado su objetivo y funcionalidad con 11 convocatorias de jornadas de historia; nueve de flora y fauna; dos de arqueología y prehistoria y dos de literatura y creación literaria. La revista Almoraima es, en exclusiva, la encargada de difundir sus actas y se ha editado 37 libros, aunque su programa de monografías se encuentra congelado desde 2007.

Estos 20 años tienen nombres propios, desde sus primeros pasos hasta la actualidad. Luis Alberto del Castillo fue el primer director del IECG desde 1993 hasta 1996. Durante su etapa se celebraron las primeras jornadas de flora de la comarca, las archivísticas en San Roque, las botánicas en Castellar y hasta la cuarta de historia en Los Barrios.

El éxito de las primeras jornadas de historia celebradas por la Mancomunidad de Municipios en 1990 fue el pistoletazo de salida de su nacimiento. "Era la época de sacar a la luz las cosas de la comarca", señala Castillo. Fue entonces cuando se unió la voluntad política y la cultural para que apareciera el IECG, como vehículo también de contacto con Gibraltar -ya que en su símbolo emblema cuenta con ocho estrellas, una más por el Peñón-.

Las primeras elecciones se celebraron en 1992, antes todos eran miembros colaboradores. "En la primera parte del mandato José Carracao -presidente de la Mancomunidad en esos años- jugó un papel muy importante junto a Antonio Palacios". Incluso contaban con una subvención de 48.000 euros de la Junta, "fue una época de bonanza". La revista Almoraima se convirtió en "la obra magna" del instituto. En los dos últimos años de mandato de Castillo se suprimió la ayuda -coincidió con cambios políticos-, "nosotros no cabalgamos con las elecciones", subraya él mismo.

Rafael García Valdivia fue una pieza clave en la creación del IECG como coordinador de Cultura en la Mancomunidad , siendo el nexo entre el ente comarcal y los investigadores, "vimos que su creación se estaba demandando, se lo propuse a Carracao y me dio vía libre", explica el que fuera el primer secretario coordinador. Las investigaciones de los estudiosos se aglutinan en la revista, cuyo éxito la ha llevado a numerosas universidades de toda España, incluso a la British Library y al Congreso de EEUU.

Carracao fue el brazo político del proyecto. "Tuvimos mucho apoyo y un eco en la sociedad impresionante, la gente estaba necesitada de ese foro para que, de alguna manera, pudiera canalizarse todo lo que se hace", detalla el entonces presidente mancomunado que recuerda como "se constituyó con la idea de un sentimiento comarcal muy diseminado, intentábamos forjarlo".

Relata Carraco que fueron reconocidos incluso por la oposición, "todos los partidos sabían que no había ningún tipo de dirigismo", se dio amplia autonomía a todos los directores de las secciones del IECG -diez en total-. "Se puso el listón extraordinariamente alto y creo que se mantiene a nivel político y técnico".

El segundo director fue Mario Ocaña durante tres mandatos, desplegando una treintena de jornadas de estudio de muchas especialidades, dando así continuidad a la intención de aunar la historia y el patrimonio y que vivió el cambio, durante tres años, de la sede de Villa Smith a la Cámara de Comercio por obras. Una de las novedades más acusadas en su etapa fue la ampliación del ámbito de estudio al Estrecho de Gibraltar.

A partir de 2009 ha estado al frente Ángel Sáez, que lamenta que desde 2008 solo se han editado en papel dos de las seis revistas previstas y la lista de espera engrosará a lo largo de 2011 otras dos. No obstante, sus más de 15.000 páginas son el mejor embajador de la comarca en el exterior, persistente en la exportación de su imagen más positiva. Sin embargo, la actividad de los miembros académicos no se ha visto afectada. El interés cultural sigue muy vivo.

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