Cultura

García Montero novela la biografía de Ángel González

  • Con este libro, el poeta ha comprendido que es capaz de emocionarse con la narrativa

El poeta granadino Luis García Montero se ha estrenado en el mundo de la narrativa y lo ha hecho con "una biografía novelada o una novela con base en la biografía de Ángel González". El libro, titulado Mañana no será lo que Dios quiera y editado por Alfaguara, ha salido a la venta este mes de mayo.

Mañana no será lo que Dios quiera tiene como base los recuerdos de infancia y adolescencia del poeta Ángel González, fallecido en 2008. El libro abarca desde su nacimiento en 1925 hasta el año 1951, "cuando él hace las maletas, se va a Madrid y se matricula en la Escuela Oficial de Periodismo para ser periodista", explica su autor, que ha sido pregonero este año de la Feria del Libro de Cádiz.

"Ángel González tenía la costumbre de venir a pasar una semana o un par de semanas con nosotros a la Bahía de Cádiz y por la mañana, cuando nos levantábamos, los dos nos poníamos a hablar y yo grababa nuestras conversaciones porque él tenía la costumbre de recordar las experiencias de su infancia", rememora el escritor granadino y catedrático de Literatura Española.

Ángel González nació en Oviedo en el año 1925 y vivió la proclamación de la república, la revolución de Asturias, la guerra civil y una posguerra muy dura. Su familia era de tradición republicana. El padre, que era catedrático de Pedagogía, "pagó una factura tremenda", al hermano mayor lo ejecutaron, el segundo tuvo que salir al exilio, la madre y la hermana fueron depuradas y castigadas por el franquismo y apartadas del magisterio. "Vivió una infancia muy dura y aprendió a buscar ámbitos de resistencia en la literatura, en la amistad, en los libros y en las librerías", comenta García Montero, a quien el poeta ovetense dijo que no quería escribir sus recuerdos porque eran demasiado duros para él. Entonces, el granadino comenzó a hacerlo por su amigo.

"En seguida me di cuenta de que cuando utilizaba el tono académico, el tono de profesor con nota a pie de página, se perdía lo más emocionante de la historia, que era el recuerdo de Ángel, el sentimiento con el que Ángel conservaba su mirada de niño ante una España en guerra, el testimonio personal de Ángel. Y llegué al acuerdo con él de que la única manera de contagiar esa emoción era, más que utilizando el tono profesional de catedrático de Literatura, utilizando los recursos de la ficción". Así, cuenta García Montero que poco a poco fue haciendo un libro "en el que se utilizan los recursos de la novela y de la narrativa para contar historias verdaderas".

Cuando el autor iba por la mitad de la redacción, más o menos, murió el protagonista de su obra. "Con lo cual, la emoción se multiplicó por cuatro".

Luis García Montero dice que hasta ahora no había sentido la necesidad de hacer narrativa en serio, "pero nunca se puede decir de este agua no beberé". Y confiesa que le ha "envenenado un poco la prosa narrativa en el tiempo que he estado escribiendo el libro sobre Ángel y, sin dejar la poesía, me apetece ensayar otros libros de narrativa porque he comprendido que soy capaz de emocionarme con la narrativa del mismo modo que hasta ahora me había emocionado con la poesía".

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