Fito & Los Fitipaldis vuelven el viernes a la carretera con ochenta conciertos por delante, una banda renovada y un puñado de canciones nuevas que tocar en directo en una de las giras más esperadas, Antes de que cuente diez, para la que ya hay vendidas más de 90.000 entradas.
El Palacio de Deportes de Santander, que está a punto de colgar el cartel de "no hay localidades", será la primera parada de la gira de presentación del nuevo éxito discográfico de Fito Cabrales y su banda, que ha liderado las listas de ventas durante cinco semanas consecutivas, hasta que ha llegado Bisbal.
Le seguirán Castellón, Alicante, Coruña, Vigo y Granada -el 28 de noviembre-, dentro de un largo recorrido por toda España, que en diciembre llegará a Madrid, con dos conciertos en la Plaza de las Ventas, y finalizará, tras un parón veraniego, en el último trimestre de 2010.
A Fito Cabrales le espera un trabajo intenso antes de reencontrarse con su público. Durante los próximos días se encerrará con su banda en el Palacio de Deportes para hacer, a fuerza de ensayos, que todo salga bien el viernes.
"Tenemos un plan de trabajo increíble, porque vamos a intentar hacer dos o tres conciertos al día", durante estos días de ensayos previos, explica a los periodistas el líder de Los Fitipaldis, quien el domingo se quedó "impresionado" con uno de los escenarios "más increíbles" que ha visto en su vida.
Según el rockero bilbaíno, una de las "cosas más difíciles" a la hora de plantear la gira ha sido elegir qué canciones de sus discos anteriores van a seguir sonando en sus directos. Es consciente de que hay temas que no se pueden "apartar del repertorio", porque "es normal que la gente quiera escuchar esas canciones", pero "hay que hacer sitio a lo nuevo".
Antes de poner un pie en el escenario, ya se han agotado las localidades para el primero de los dos conciertos que Fito & Los Fitipaldis ofrecerán en Barcelona, en Madrid y en Bilbao, donde harán doblete por primera vez. "Es una recompensa en muchos sentidos y no porque pago el piso ni nada de eso", señala el cantante, quien cree que la fidelidad de su público le da "cierta seguridad" ante una apuesta "muy arriesgada" como es una gira "autogestionada", que implica a mucha gente.
Las expectativas que ha levantado no le dan vértigo, aunque sí volver al escenario y tener "a diez mil tíos delante". Y reconoce que el directo engancha: "¿Por qué, si no, haríamos esto? Con lo tranquilo que se está en casa", se pregunta. También sabe que tanto éxito es una responsabilidad pero prefiere no darle muchas vueltas. "Muchas veces caemos en el error de olvidarnos de que hacemos música porque es divertido", apunta. "Nos gustó cuando teníamos 16 años, nos compramos una guitarra y empezamos a tocar. Ahora hay mucho éxito, mucha responsabilidad pero no quiero perder el norte. Es divertido subir a un escenario, tener una banda de rock y tocar. La responsabilidad se queda en un segundo plano", añade.
Otro de los alicientes de la gira es que se pondrá en carretera con La cabra mecánica, que, aclara, no es un grupo telonero sino invitado. Y en Antes de que cuente díez ha incluido Todo a cien, una canción de Miguel Ángel Hernando, su admirado Lichis, el líder de la banda que les acompaña en esta aventura.
Además Fito ha renovado a sus Fitipaldis: a los habituales Carlos Raya, Javi Alzola y Joserra Senperena se han unido el bajista Alejandro Boli Climent (M-Clan) y el batería Daniel Griffin (Tequila), que, para él, son "dos musicazos increíbles".
"Siempre he estado encantado con los músicos que he tenido y me gusta cambiar de músicos, pero gracias a Dios nunca he tenido que hacerlo por aspectos personales. Es un reto, lo fácil sería tener una banda y no desmontarla nunca. Pero también sería muy aburrido", sentencia.
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