Descubren una muralla única

Son siglos y siglos de historia los que yacen bajo el suelo arenoso que se pisa en el yacimiento arqueológico de Carteia, en San Roque. Cada gramo de tierra es una prueba perfecta a analizar, como si del ADN de un ser humano se tratase, para descubrir qué forma de vida tenían aquellos que disfrutaron de esta grandiosa ciudad respaldada por su localización estratégica, perfecta, entre dos mundos.

Bajo su suelo, en la zona del cortijo del Rocadillo, se ha descubierto la muralla púnica mejor conservada de España en la actualidad. La arqueóloga y directora del Equipo Carteia de la Universidad Autónoma de Madrid, Lourdes Roldán, junto a Juan Blánquez y expertos venidos desde Cádiz, Granada y Murcia, han localizado este elemento de defensa datado en su parte inferior en el siglo IV a. C. y en la superior del III d. C., diferenciándose incluso el tipo de material.

La muralla púnica posee 3,3 metros de altura conservados y 1,4 metros de ancho. Se calcula que podría alcanzar incluso tres metros más, estando en paralelo a la muralla romana de época Augustea. Un descubrimiento similar en la península data de los años 90 y tuvo lugar en Cartagena, incluyéndose también el hallazgo en la Dinastía Barca, cumpliendo con la tipología de arquitectura fortificada.

La muralla ha sido excavada en la zona alta de Carteia, cerca del templo republicano, en una cota más baja. Roldán señala que se iniciaron las labores en ese espacio porque se percibían "alineaciones de piedras". De hecho la muralla romana que hay paralela ya fue hallada, aunque por seguridad se cerró.

Estos trabajos corresponden a la segunda fase del proyecto de investigación de Carteia, autorizado por la Junta de Andalucía con el mecenazgo de la empresa Cepsa. Desde 1994 lleva trabajando en el yacimiento sanroqueño el equipo de Roldán de la Universidad Autónoma. Actualmente compagina esta campaña, que entra ya en su cuarta y última semana, con un proyecto de I+d+i que abarca también a Baelo Claudia (Tarifa) y la zona norte de África sobre el estudio de la arquitectura romana en el entorno del Estrecho de Gibraltar.

Roldán subraya el interés de esta investigación sobre la muralla púnica porque normalmente se ha trabajado sobre lo ya excavado. "El resultado es muy interesante desde el punto de vista científico y para entender las ciudades romanas". Destaca la gran pujanza que está teniendo hoy día el entendimiento del mundo púnico en la península al promoverse más la arqueología. Antes se les daba más valor a las fuentes textuales romanas, que legitimaban lo que se derribaba. Residieron 400 años y muchos conceptos arquitectónicos de gran valor los introdujeron ellos, lo que avala estos trabajos.

La muralla descubierta está realizada con arenisca, un material blando fácil de tallar. El sedimento que la cubre mezcla arcilla, carbón y hasta cerámicas viejas. Los trabajos finales se centran en extraer tipos de arena para analizar la vegetación de la época y luego desentrañar la propia climatología. En los cortes realizados en la excavación con piqueta y cepillos -es un equipo de 4 obreros y 8 expertos arqueólogos- emana de la propia tierra vasijas helenísticas de barniz negro propia de la aristocracia o fragmentos de platos de pescado con el hueco específico para depositar la salsa. Así se deriva el tipo de comida y los materiales usados, descubriéndose la utilización de productos del centro del mediterráneo desde Italia al norte de África.

La zona del hallazgo es el extramuros, fuera de la ciudad, en la época púnica comprendería la población 3,5 hectáreas, mientras que se calcula 27 en la romana. La muralla es de grueso macizo, alberga cuartos adosados denominados "casamatas", convirtiéndose estos espacios en almacenes de carne de salazón para exportar en temporada de navegación y también de utilidad defensiva -llenándose de tierra y piedra- ante un posible ataque dando así anchura de hasta siete metros a la zona amurallada. En la época estaba normalizado el uso de catapulta, de hecho en las excavaciones han localizado bolaños.

De la muralla romana, de 8 metros de altura, apenas quedan vestigios al ser de piedra caliza, un material muy usado por las poblaciones posteriores. Esta muralla, como se procederá hoy con la púnica, se cubren tras ser excavadas para su conservación y evitar la exposición a la climatología, lluvias que puedan provocar su deterioro. Se usa geotextil para que transpire y marcar el lugar del hallazgo, además de colocar puntales de metal para sostener el muro, rellenándose con la propia tierra finalmente. La muralla púnica, por otro lado, suponen alrededor de 20 metros lineales, según han documentado los expertos, aunque solo se ha excavado una parte, demostrándose además su buen estado de conservación, sin parches de derrumbes o ataques, lo que aporta más valor al hallazgo.

En el caso de que algún día se invierta para su puesta en valor se procedería al desmontaje de los sillares, como un puzzle, y usar un material compacto para sellar las piezas de nuevo para su exposición. La inversión para que se de a conocer es cuestión política, decisión de la Junta de Andalucía. Blánquez reconoce que Carteia como yacimiento es un libro, cargado de historia, pero muy roto que hay que reconstruir poco a poco, mientras que el conjunto de Baelo Claudia se muestra como una postal.

La investigación arqueológica es como todas las ciencias, no debe acabar con los datos sino que debe prestarse a la divulgación. "Lo que no se puede es poner en valor lo que no se entiende", subraya. De modo que ahora el trabajo de campo se conducirá a lo conocido, usando un símil cinematográfico, a la "postproducción". Se tratará de analizar cada hallazgo, traducir cada muestra de "ADN" de la tierra y depositarlo en una memoria final dirigida a la Dirección General de Bienes Culturales. Además se elaborará un libro de divulgativo de carácter científico en paralelo, para acercar el descubrimiento a la población en general. Es el sexto año de la segunda fase de la investigación en Carteia, puesto que los proyectos autorizados por la Junta contemplan sexenios.

En los últimos años el trabajo arqueológico realizado por el equipo dirigido por Roldán, así como la apuesta de Cepsa invirtiendo para la mejora museográfica del propio enclave han permitido aumentar de forma exponencial el número de visitas.

Blánquez precisa que el patrimonio tiene un valor añadido, en concreto lo que deriva de la industria cultural como se entiende, ya que un yacimiento como Carteia no es deslocalizable, no se puede llevar esta ciudad de origen fenicio a otro espacio geográfico, además de que la cultura arraiga a sus ciudadanos.

El equipo de la Universidad Autónoma de Madrid lleva dos décadas trabajando en Carteia, han descubierto grandes elementos estratégicos, desde el templo a los detalles del propio teatro. Sus campañas se centran normalmente en fechas no lectivas, ya que se deben a su oficio universitario también. Desde las 8:00 hasta las 14:00 horas han venido descubriendo cada detalle de esta enclave sanroqueño, llenándolo de vida, la que tuvo en siglos anteriores y se pretende recuperar, poner en valor y desenterrar.