Campion recupera el pulso con 'Bright Star'
Festival de cannes La competición se animará hoy con 'Taking Woodstock', de Ang Lee
La directora de 'El piano' se acerca en su nuevo trabajo al poeta romántico John Keats
La jornada competitiva en Cannes tenía ayer muertos vivientes gracias a Thirst, de Park Chan-wook, pero la verdadera resurrección de la jornada la protagonizó Jane Campion al recuperar con Bright Star la magia que le llevó a ganar la Palma de Oro hace dieciséis años con El piano, el título más destacado de su carrera.
La directora neozelandesa revive así un pulso que parecía perdido en Holy Smoke (1999) y, sobre todo, en In the cut (2003), gracias a la inspiración que le ha impregnado su acercamiento a la lírica del poeta romántico británico John Keats (1795-1821), que falleció en Roma a los 25 años víctima de una tuberculosis.
Pero Bright Star -coproducida por Reino Unido y Australia- no es un biopic, según Campion. "Me da rabia que intenten calificarla así. Quiero que la gente se centre en los detalles, porque es una historia de amor inspirada en aquella historia", insistió en la rueda de prensa posterior a la proyección del filme.
Campion, como hiciera Milos Forman en Amadeus (1984), prefiere enfocar no la figura principal y conocida -interpretada con irregularidad por Ben Wishaw-, sino a alguien que pudo admirar de cerca su genio y su época.
En este caso, desvía la mirada no hacia su antagonista, sino hacia la persona que le enamoró con su sencillez. La que, por su incapacidad inicial para entender su obra, supo profundizar en su persona: la amante de la costura Fanny Browne, interpretada en la película con excelencia por la australiana Abbie Cornish.
La directora, que acudió a Cannes por primera vez con Un ángel en mi mesa (1990), divide en esos dos planos su filme: utiliza una retórica exquisita para las formas y despoja al romanticismo del tormento hasta hacerlo cotidiano.
"Keats era una persona con un gran sentido del humor. Se sentía muy cómodo con una familia de clase humilde y sabía apreciar la ligereza", afirmó Campion después de haber pasado años investigando sus biografías y las cartas de amor auténticas que el poeta escribió a Browne.
Este enfoque convierte a la película en un hermoso anacronismo respecto al momento histórico que quiere retratar, sin dejar de ser un filme de aspecto osadamente añejo para un festival de cine en busca de la vanguardia, algo que le propició no pocas opiniones divergentes.
En la jornada de hoy sábado, el cine francés se estrenará con Le prophète, del siempre interesante Jacques Audiard, y recibirá a Ang Lee y su Taking Woodstock, con la que, después de ganar dos Osos de Oro -por El banquete de bodas y y Sentido y sensibilidad- y otros tantos Leones venecianos del mismo metal -por sus dos películas anteriores, Brokeback Mountain y Deseo, peligro-, el realizador taiwanés intentará llevarse por fin la Palma de Oro consigo.
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