Los amantes del arte flamenco de Jimena de la Frontera y el resto del Campo de Gibraltar vivieron en la noche del viernes su cita anual con uno de los festivales de más tradición de la zona, el de la Estación, que este año alcanzó su edición número 27 con el cantaor onubense Arcángel como cabeza de cartel.

Unas 500 personas aproximadamente pasaron por taquilla y se dispusieron a asistir a una brillante velada flamenca que inició un viejo conocido de los aficionados al cante de la localidad, Manolo Simón.

Ante un público dispuesto a escuchar, Simón completó una actuación que dejó un buen sabor de boca entre los asistentes.

Tomó el testigo la bailaora algecireña Noelia Sabarea, acompañada por un cuarteto de voz, guitarra, percusión y violoncello conformado por algunos músicos muy relacionados con la población, como el percusionista Antonio 'Schuster', otrora componente del coro rociero de la Estación de Jimena.

En dos pases, uno enfundada en un traje de volantes blancos y otro con un atuendo de bailaor flamenco, Sabarea, en solitario sobre las tablas, puso encima de estas toda su pasión. El público premió su buen hacer con aplausos encendidos.

La alegría del baile dio paso a un descanso que muchos asistentes aprovecharon para acercarse a la barra instalada de forma especial fuera del recinto de la caseta municipal para evitar ruídos que deslucieran las actuaciones.

El público asistente se preparaba para los dos platos fuertes de la noche. Antes, no obstante, se llevó a cabo el anunciado acto de homenaje y recuerdo de Joaquín Quino Román, el guitarrista linense fallecido recientemente y que durante años estuvo muy relacionado con el festival jimenato, como artista y también como simple espectador asiduo.

El alcalde de Jimena, Pascual Collado, y el presidente de la Peña Flamenca de Jimena, Manuel Cárdenas, hicieron entrega a un hijo de Quino de una placa conmemorativa de su paso por Jimena y en reconocimiento a su valor como artista y, sobre todo, como persona.

El emotivo acto dio paso a la segunda parte del programa, que estaría protagonizada por los cantaores Antonio Reyes y Arcángel. El primero supuso una agradable sorpresa para muchos aficionados que, aún conociendolo, no habían tenido oportunidad aún de oirlo en directo.

Reyes comenzó de una manera sobria su brillante actuación que fue dirigiéndose hacia palos más alegres y festivos, como las bulerías, y terminando con el cantaor en pie cantando por fandangos y siendo jaleado por el público. Para terminar, una zambra al estilo de Manolo Caracol, que puso el broche de oro a su actuación en la que, no obstante, hubo quien echó de menos algún cante por alegrías.

La velada la cerró el cabeza de cartel, Arcángel, a quien los aficionados esperaban con impaciencia en el que era su debut en la población.

El onubense también estuvo sobrio, correcto y especialmente brillante en la interpretación de las alegrías, con el acompañamiento musical del guitarrista Juan Antonio Cortés. Finalizó su actuación, como no podía ser de otra manera, con unos fandangos de Huelva y un arranque final a capella, sin la ayuda artificial de micrófonos ni amplificadores.

Con su actuación se dio por concluida la vigesimoséptima edición del festival de la Estación de Jimena. Eran las tres de la madrugada.