Literatura

Antonio Torremocha vuelve al siglo XIV con 'La Cautiva de la Alhambra'

  • El doctor en Historia culmina su trilogía con una novela en la que se acerca al Reino de Granada

  • El libro se presenta este lunes (19:00) en el centro documental José Luis Cano de Algeciras

Antonio Torremocha con su última novela, 'La Cautiva de la Alhambra'

Antonio Torremocha con su última novela, 'La Cautiva de la Alhambra' / Erasmo Fenoy

En la primera mitad del siglo XIV, el Estrecho de Gibraltar vivía la gran pugna conocida como batalla del Estrecho, el enfrentamiento político entre el reino de Castilla, el de Granada y el sultanato de Fez, pero también el económico con la corona de Aragón y Génova, a las que se sumaba Portugal. La franja que separa Europa de África bullía de actividad militar y comercial y era el punto central de la época. Un momento y lugar claves que son la base histórica de las novelas de Antonio Torremocha, doctor en Historia Medieval y apasionado de ese período.

La última, La cautiva de la Alhambra (Almuzara), se presenta este lunes a las 19:00 en el centro documental José Luis Cano de Algeciras. Es la tercera de la trilogía que comenzó con La cruz de Belisario y siguió con La venganza del rey bastardo. Y en ella, Torremocha vuelve a ese escenario del siglo XIV, en el que el Estrecho "era el foco en el que se concentraban las grandes potencias, el centro del mundo", explica el autor. 

En este nuevo trabajo, Torremocha vuelve a utilizar los ingredientes de los anteriores: contexto histórico, una minuciosa descripción de la vida diaria de la época y una sucesión de aventuras que permitan a sus protagonistas mostrarnos distintos escenarios de ese periodo. "Con mis novelas tengo dos objetivos: divulgar, que la gente acceda a la historia, y entretener, para así atraer al lector". 

Esa atracción sirve para introducir a sus lectores en un mundo que en muchas ocasiones desconocen. Así, estos se asoman a la actividad de un alfaqueque, las técnicas decorativas que se usaban en el Reino de Granada o los alimentos que se consumían en la época. Conocen qué era una collación o cómo los golfines tenían atemorizados a los viajeros castellanos. O la forma de vestir de aquel momento. Todo ello a partir de los conocimientos propios del profesor de Historia y de una labor de investigación entre escritos antiguos y modernos. 

Portada de 'La cautiva de la Alhambra'. Portada de 'La cautiva de la Alhambra'.

Portada de 'La cautiva de la Alhambra'.

Tantos son los conceptos nuevos que introduce que Torremocha ha optado por incluir un glosario al final del volumen explicando los más importantes. "Siempre aconsejo al lector que primero se lea el glosario. Así, cuando aparezca una palabra que hasta entonces desconocía sabrá de que se trata. Si uno hace novela histórica no puede inventarse la terminología: si estás hablando de la Alhambra de Granada tienes que hablar de la Qubba". 

Sí son ficticios sus personajes, que son la fórmula para desplegar toda la información sobre una realidad histórica, geográfica, económica, gastronómica. Y hay una constante en las novelas: "Siempre procuro introducir uno o dos capítulos en los que aparezcan el Estrecho y Algeciras", destaca. 

La novela narra cómo el hijo de un molinero, Fadrique, que profesa en el monasterio franciscano de Santo Toribio de Liébana, recibe la terrible noticia del secuestro de su familia por guerreros norteafricanos y solicita su secularización para poder retornar a Andalucía y buscar la manera de sacar a sus progenitores y a su joven hermana Almodis del cautiverio.

El protagonista logra cruzar el Estrecho como fraile mercedario y se dirige a Tetuán, donde unos alfaqueques le han asegurado que han sido vendidos sus padres como esclavos. Pero, cuando accede a la ciudad, recibe una desalentadora que le obliga a retornar a Córdoba para emprender la búsqueda de su hermana, regalada al nuevo sultán Ismail II.

Torremocha trabaja ya en su siguiente obra. En esta ocasión se retrotrae varios cientos de años, al siglo X, y se centra en la Córdoba de al-Hakam II, el segundo califa omeya. El hijo de Abderramán III, culto y gran bibliógrafo, creó la Biblioteca que llevaría su nombre, que llegó a albergar decenas de miles de volúmenes y acumular saber de todos los confines del mundo conocido. La historia de esa Biblioteca perdida será el eje central de la nueva novela, ya muy avanzada. Y en la que de nuevo, tendrá su papel Algeciras.

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