Tribunales Cádiz

Juicio por el crimen de Chipiona: Un vídeo realizado por uno de los acusados muestra a las víctimas desesperadas

Varios policías nacionales dentro de la sala de vistas de la Audiencia.

Varios policías nacionales dentro de la sala de vistas de la Audiencia.

Una fotografía de una víctima maniatada y tirada en el suelo boca abajo y un vídeo de unos 15 segundos en el que se aprecia a otras tantas víctimas retenidas en el salón de una casa junto a un grupo de hombres encapuchados y con armas fueron exhibidos este miércoles a los miembros del jurado durante la tercera sesión de la vista oral que estos días se celebra en la Audiencia Provincial de Cádiz para juzgar a seis hombres acusados de secuestrar y torturar a otros cinco en un chalet en Chipiona hasta causar la muerte de uno de ellos por un supuesto ajuste de cuentas tras el robo de un alijo de droga

Tanto la imagen como el vídeo fueron captados por uno de los acusados, cuyo móvil fue intervenido y exhaustivamente analizado por la Guardia Civil. El agente que se encargó del examen del teléfono detalló al tribunal popular la escena registrada, en la que se veía a varias víctimas maniatadas y con cintas en los ojos, así como a diferentes agresores encapuchados y con guantes. También se apreciaba un bate de béisbol y una escopeta, la misma que después fue localizada en la furgoneta en la que huyó un procesado. Uno de los secuestrados llevaba un ribete alrededor del cuello, a modo de soga, para ser manipulado y conducido al antojo de sus verdugos.

En el vídeo se oían los gritos desesperados de una víctima, que le recriminaba al dueño del chalet: "No me echas cuenta". Y es que aunque el propietario de la finca, también acusado en este procedimiento, declaró en la primera sesión del juicio que él fue un perjudicado más en el secuestro y que sufrió igualmente amenazas y palizas, lo cierto es que en el vídeo aparece sentado en el salón "sin ataduras y sin heridas", tal y como detalló el guardia civil. 

Traición a su cuadrilla

Este miércoles también prestó declaración el instructor de la Guardia Civil que redactó el atestado principal para el esclarecimiento de los hechos. Este agente confirmó que en el móvil de uno de los encausados hallaron una fotografía y un vídeo de los secuestrados en un chalet, cuyo propietario -insistió- se encontraba "libre", a diferencia de sus compañeros. "Nos costó mucho localizar a este procesado a pesar de ser una persona conocida para la Guardia Civil. Este hombre tenía una cuadrilla en Chipiona que se encargaba de recibir, descargar y custodiar droga. En esta ocasión, la partida se perdió y el dueño del alijo le exigió responsabilidades por la desaparición. Entonces el propietario de la finca, aprovechándose de su jerarquía y con el propósito de mantener su caché, convocó a su cuadrilla (a la postre, las víctimas de las torturas) en su casa a sabiendas de las intenciones violentas de los secuestradores. Colaboró, por tanto, con ellos", manifestó el guardia civil.

En este momento de la testifical, la defensa del acusado reiteró que su representado fue una víctima más de las palizas y agresiones, una hipótesis que el instructor de la Guardia Civil desmontó al afirmar que la noche antes de los hechos el dueño de la parcela se reunió con Abdelá, el narcotraficante que ordenó a los sicarios desplazarse desde París hasta Chipiona para resolver el ajuste de cuentas por la desaparición de la droga. "Abdelá le dijo que apagase las cámaras de seguridad de su finca, así que sabía que allí iba a pasar algo", concluyó el agente para rematar: "No sufrió un miedo insuperable. Estaba al tanto de lo que iba a ocurrir". 

Pruebas y huellas

En la tercera sesión del juicio con jurado por el crimen de Chipiona testificaron también varios miembros del equipo de Criminalística de la Guardia Civil. Un agente que inspeccionó la furgoneta desde la que fueron arrojados tres de los perjudicados a la A-480 señaló que en dicho vehículo se localizaron huellas palmares de algunos acusados, así como "grandes manchas de sangre" que, tras ser analizadas, resultaron ser de la víctima mortal de este caso. En esa furgoneta se encontró además una pistola detonadora y una escopeta de repetición cargada y con el número de serie borrado con un producto abrasivo. Era la misma escopeta que aparecía en el vídeo exhibido al jurado. 

Este testigo inspeccionó asimismo la vivienda donde ocurrieron los hechos. La casa, dijo, había sido limpiada en profundidad con lejía. "Pese a ello, detectamos con luz forense pequeños restos de sangre y trozos de cristal en el salón, la habitación donde se concentró la mayor actividad criminal", precisó. 

Otra agente de Criminalística que examinó el turismo Opel Insignia en el que huyeron los cuatro procesados franceses (los cuatro que han confesado y han indemnizado ya a las víctimas y a sus familiares en la suma total de 200.000 euros) manifestó que en ese coche encontró objetos y restos biológicos de interés, tales como huellas, ropa con manchas de sangre, un gps, documentación, teléfonos móviles y una navaja, entre otros.

Por último, este miércoles declaró un policía local de Sevilla que persiguió la furgoneta en la que huyó otro encausado hasta Sevilla capital. El policía afirmó que el conductor circuló por la acera de la avenida Blas Infante "unos 40 o 50 metros", lo que puso en riesgo la vida de los viandantes. "Después el vehículo se introdujo en la glorieta Alfredo Kraus hasta la avenida República Argentina. En la persecución se saltó todos los semáforos y realizó un adelantamiento en dirección prohibida. Finalmente, el conductor dejó la furgoneta en la calle Arcos y salió corriendo hasta esconderse debajo de un coche, donde fue interceptado", relató.

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