Apunten estas dos fechas: el 28 de mayo y el 10 de diciembre. En la primera, dentro de exactamente 20 semanas, se celebrarán unas elecciones municipales y autonómicas que marcarán el devenir de los ayuntamientos y de las diputaciones de toda España, además de que dibujarán un mapa autonómico en el país que habrá que ver cuánto varía con respecto al actual. Y la segunda fecha, la del 10 de diciembre, se baraja como la más probable para que se celebren unas elecciones generales más que cruciales, porque el dictamen de las urnas fijará si España mantiene el rumbo establecido por Pedro Sánchez hace ahora tres años o si da un golpe de timón para virar a la derecha.

Y es que desde hace poco más de una semana hemos entrado en un año claramente electoral. Todos los partidos tienen ya engrasada una maquinaria electoral que arrancará probablemente a lo largo de la semana que empieza mañana. Coincidiendo con los apagones y desmontajes de todos los alumbrados y exornos navideños, las formaciones políticas reanudarán el goteo incesante de candidatos a alcaldes, un proceso que se abrió semanas e incluso meses atrás pero que, en lo referente a la provincia de Cádiz, aún tiene sobre la mesa incógnitas de peso que habrá que ir despejando con el paso de los días.

Que coincidan varias citas electorales no es algo nuevo porque ya ha pasado varias veces. Pero este nuevo año llega con el recuerdo aún fresco de lo que representaron las elecciones andaluzas del pasado junio tanto en el conjunto de la comunidad autónoma como en la provincia de Cádiz. ¿Se mantendrá esa ola pro PP a lo largo de todo este 2023 o se está ya difuminando? ¿Hay oculto un castigo del electorado a Pedro Sánchez que por el camino se llevará por delante a un buen apuñado de alcaldes o presidentes de diputaciones socialistas? Esas son las primeras incógnitas que se resolverán el próximo 28 de mayo.

De momento, no son pocos los dirigentes de la provincia gaditana que, para bien o para mal, consideran que este 2023 puede terminar siendo un calco de lo que ya se vivió en lo político en 2011. Entonces, hace 12 años, llegó un severo castigo a Rodríguez Zapatero por su tardía y mala gestión de la crisis económica. Y el resultado ya se sabe cual fue: el PP arrasó en las elecciones municipales, autonómicas y generales vividas en ese ejercicio y que son exactamente las mismas citas electorales contempladas para este 2023. En la provincia de Cádiz, sin ir más lejos, el PP superó por primera vez los 200.000 votos en unas municipales, logró 18 alcaldías –algo jamás visto en este partido hasta entonces– y hasta se aupó por primera vez a la Presidencia de la Diputación, aunque ese reinado terminaría siendo efímero pues no pasó de los cuatro años. Y en las generales de finales de ese 2011, de nuevo barrida del PP en esta provincia –logró cinco de los ocho escaños que estaban en liza y tres senadores– y ello contribuyó a la mayoría absoluta de Mariano Rajoy.

Ha pasado mucho desde aquel 2011 y la política gaditana, andaluza y española ha dado miles de vueltas de campana durante todos estos años, pero hay quien ve ciertas similitudes entre aquéllo y lo que está por venir en este 2023 recién estrenado.

No quieren ni pensar en esa posibilidad los dirigentes del PSOE gaditano que, pese a que tienen claro que este nuevo año no se presenta a priori como el más provechoso para ellos, creen que aún tienen tiempo de remontar el vuelo tras el durísimo varapalo de las elecciones andaluzas.

La consigna en las filas socialistas de cara a las municipales de mayo está clara: el resto de España no existe. No hay que mirar por tanto ni al Gobierno, ni a Cataluña, ni a los indultos, ni a la sedición. Lo que los candidatos socialistas tienen que hacer en estos cuatro meses y medio que restan es hablar exclusivamente de sus pueblos, de la gestión de los socialistas allá donde estén gobernando y de sus propuestas de futuro donde aspiren a hacerlo. Y el objetivo está clarísimo: cualquier socialista firmaría ahora mismo mantener sus 22 alcaldías actuales y la Presidencia de la Diputación.

Retornar al gobierno de esta Corporación provincial ocho años después es también el objetivo principal que va a perseguir el PP de Cádiz, un partido que no obstante ve opciones igualmente de recuperar en pocos meses alcaldías de relevancia como las de Cádiz, Jerez, San Fernando, Chiclana o Arcos, entre otras, además de mantener las que ya tienen. Para lograr todo ello también los candidatos populares tienen claras ya las instrucciones a seguir: hay que vender los proyectos en cada localidad, claro, pero también hay que recordarle al electorado que cualquier voto a un candidato socialista a alcalde será un voto de respaldo a Pedro Sánchez. Así de claro.

Pero antes de empezar a trasladar esa idea, el PP tiene aún tarea por hacer y es que no ha designado aún a sus alcaldables en ciudades muy relevantes de la provincia gaditana como, por ejemplo, Cádiz, San Fernando o Chiclana, entre otras muchas. Lo mismo se podría decir por ejemplo de Vox, que sólo ha anunciado a su candidato en la capital gaditana. En qué municipios se va a presentar este partido y cuáles van a ser sus aspirantes a alcaldes es todo un misterio, al igual que sucede con el partido Ciudadanos, cuyas aspiraciones de éxito en el conjunto de la geografía gaditana siguen reduciéndose conforme pasan los días.

Tampoco se cuenta en principio con un amplio número de candidaturas de Andalucía por Sí (AxSí), aunque los andalucistas se han apuntado un tanto en popularidad con el fichaje del gran hermano Ismael Beiro como candidato a alcalde de Cádiz. Refrendar sus cuatro alcaldías actuales (Barbate, Villamartín, Paterna y Setenil) es un objetivo irrenunciable para AxSí.

Y aparte está el dilema de la izquierda, donde IU ha cogido carrerilla a la hora de designar a sus cabezas de cartel en muchos municipios y además sin esperar a ver si al final hay o no confluencia con otras formaciones de izquierdas. Sabedores de que las elecciones municipales son siempre las que le reportan mejores resultados, y ahí están sus nueve alcaldías actuales como muestra, los izquierdistas quieren marcar el ritmo en estas negociaciones. Y se verá si hay alianzas, pero por si las moscas ya tienen a sus candidatos en la línea de salida.

Y en esta división de la izquierda también jugará un papel preponderante Adelante que, tras su ruptura con Podemos, quiere seguir su propio camino. Su misión es amarrar como sea la Alcaldía de Cádiz, donde el papel protagonista lo asumirá ahora David de la Cruz tras renunciar a pujar por un tercer mandato el aún regidor, José María González Kichi.

El proceso de estas elecciones arrancará oficialmente el 4 de abril, cuando se publique en el BOE la convocatoria de estos comicios locales y autonómicos. Y el plazo para la presentación de candidaturas debería transcurrir entre los días 19 y 24 de abril, para desembocar en una campaña electoral que dará inicio en la madrugada del viernes 12 de mayo.

Un total de 721 concejales habrá que elegir en la provincia de Cádiz el 28-M, dos menos que hace cuatro años después de que Alcalá del Valle haya perdido dos ediles al descender su padrón de los 5.000 habitantes.

Las investiduras en los 45 ayuntamientos gaditanos tienen ya su fecha: el sábado 17 de junio, mientras que la de la Diputación deberá aguardar unos días más, en concreto entre el 24 y el 30 de junio, siempre que no haya un recurso judicial contra el escrutinio que afecte al reparto de las actas de los diputados provinciales.

Pero esto será sólo el principio porque aún quedará otro plato fuerte: unas elecciones generales que son curiosamente las que más participación suelen registrar en las urnas. Esos comicios aún no tienen fecha, aunque todo apunta a que se celebrarán el domingo 10 de diciembre que es, además, la fecha tope para hacerlo según establece la Ley Electoral vigente.

La provincia volverá a elegir ese día nueve diputados nacionales y cuatro senadores. Pero ni se sabe quiénes podrían ser los cabezas de lista en esta provincia porque los partidos ni se han puesto aún a pensar en eso. La prioridad ahora se llama 28 de mayo.