Nuevo director del Instituto Andaluz de Administración Pública

José Loaiza (PP): "Me siento orgulloso de haber sido alcalde de mi ciudad, San Fernando, aunque me tocara una época complicada"

  • El ex alcalde de San Fernando hace balance de su etapa en el municipalismo de la que se aleja tras casi 14 años

  • El dirigente del PP critica la gestión de la ciudad que hace el gobierno municipal que considera "está acabado"

José Loaiza, presidente del PP de San Fernando, en la sede en la ciudad de la formación.

José Loaiza, presidente del PP de San Fernando, en la sede en la ciudad de la formación. / D.C.

-¿Qué balance hace de su etapa en el municipalismo?

-Eso es muy largo. Han sido dos etapas diferenciadas, la primera como concejal en el Ayuntamiento de Cádiz, donde llegué a ser teniente de alcaldesa de Urbanismo; y después, tras mi paso por el Parlamento de Andalucía, llegué a la Alcaldía de San Fernando para acabar en estos años de oposición. Han sido 14 años en la política local, la más cercana, la que más trata los problemas que existen en las ciudad y sobre todo los problemas que tiene la gente, tus vecinos. Es una política que necesita que estés las 24 horas en la calle. Para mí resultó muy positiva tanto en Cádiz, por los compañeros con los que compartía como Teófila Martínez, y como en San Fernando como alcalde, además de presidente de la Diputación. Es el culmen de la política local por que lo que me siento contento y orgulloso de haber sido alcalde de mi ciudad.

-¿Era lo que tenía en mente cuando entró en la política? La idea de llegar a ser alcalde de su localidad.

-Yo entré en política para hacer, unos amigos me metieron. Yo venía de la profesión militar y entré para trabajar a nivel interno, pero luego se fueron dando las circunstancias. Nunca tuve nada predeterminado, sino que las cosas fueron saliendo poco a poco y con la suerte de que el partido me iba proponiendo. Mi idea no era ser alcalde, ni diputado, entré para ayudar al partido, aunque sí tenía claro dónde quería militar por mi manera de pensar y dónde no quería participar como la política nueva, ni mucho menos en el Partido Socialista (PSOE). Entré a ayudar en el PP y siempre he ido dando pasos sin premeditación. Los trenes cuando vienen, eso sí, hay que cogerlos y bajarse cuando llega tu parada. En el partido me ha tocado asumir distintos puestos de responsabilidad.

-¿Valora igual la parte interna, la política institucional y la vinculación con la calle?

-A mí me gusta mucho el trabajo interno de partido, porque es compartir con los compañeros y trabajar para que el partido vaya mejorando en muchos pueblos, en muchas ciudades. Pero claro la política trata de estar en las instituciones para resolver los problemas, para trabajar de cara al ciudadano. Por lo que al final una cosa está vinculada a la otra. Pero incluso en este caso tampoco tenía nada predeterminado cuando me metí en política, siempre tomo las decisiones, también en mi vida personal, de la misma forma, en el momento en el que llega, sin mirar atrás. Se toma una decisión y se asumen las consecuencias. Y para mí las consecuencias han sido muy buenas. Valoro todo, aunque el contacto con el vecino es lo que más te puede llegar, es lo que más te hace trabajar, también es lo que te hace pasarlo mal. Porque de alcalde se pasa mal en determinadas circunstancias, y sin embargo tienes que estar ahí. Hay que seguir ahí, porque si tú no sigues hay mucha gente que tendría más problemas: hay mucha gente a la que no se le resuelve y mientras la ciudad se tiene que mover. Muchas veces debes tomar decisiones y hacer cosas que a priori no están bien vistas, como cuando tuve que empezar a sanear el Ayuntamiento. No era algo que me apeteciera, pero si no se tiene dinero se actúa como en tu casa: gestionar para que el dinero te llegue a final de mes y tus hijos tengan para comer y para vestir. Cuando uno está en las instituciones y hay dinero y sale todo bien, resulta perfecto. Cuando hay problemas uno debe fajarse. A mí me tocó la parte complicada, incluso así estuve a gusto.

-¿Qué recuerdos tiene del paso por el Parlamento andaluz?

-Fue un época muy bonita. Porque alguien que viene de estudiar Derecho toca leyes, proposiciones no de ley, convierte los decretos leyes en ley. Trabajé, desde la oposición, mucho. Se tiene otra perspectiva de la política y de Andalucía. Tuve la suerte de recorrer toda Andalucía como portavoz de empleo. Aprendí mucho de Javier Arenas, Antonio Sanz... Uno aprende por donde pasa. No tiene nada que ver con la política local pero es igual de buena.

-Fue presidente de Diputación. ¿Cree que estas administraciones son importantes?

-Si no existieran habría que crearlas. Hay mucha gente que desconoce qué hace la Diputación, que ayuda a muchos pueblos pequeños que no tienen capacidad de resolver problemas técnicos, problemas económicos, o de administración pura y dura. Hay que apoyarlos desde fuera. Por ejemplo, cobra los impuestos de casi toda la provincia, porque hay muchos ayuntamientos que no tienen capacidad de contar con un sistema impositivo y recaudatorio. Si se hace bien, se debe intentar evitar los localismos, en el sentido de que no haya fricción entre localidades. El trato que tiene el presidente es más institucional con los alcaldes, con las asociaciones, no está tan de cara al vecinos como en un ayuntamiento. Es más cómodo que la Alcaldía.

-¿Qué funciones tiene el Instituto Andaluz de Administración Pública, del que ahora es responsable?

-Es una agencia administrativa, con autonomía, pero encuadrada en la Consejería que lleva Función Pública, que es la de Justicia. En una explicación general, lleva el sistema de gestión de la Selección de Personal, es decir oposiciones, el ingreso de los andaluces que entran a trabajar en la Junta de Andalucía, tanto funcionario como personal laboral. Otra tarea principal es la formación de todos los trabajadores de la Administración andaluza, incluidos los del ámbito judicial. También maneja la gestión del conocimiento, esto es el aprovechamiento del conocimiento de toda la institución como las personas que trabajan en ella para mejorar el trabajo de los demás. Lleva un tema de evaluación de políticas públicas, que ahora está de moda, de los proyectos, de cómo se realizan, de cómo llega al ciudadano; y la modernización de los sistemas de trabajo. Es un instituto que trabaja transversalmente con todas las consejerías y con otras instituciones, como la universidad, centros de formación o institutos de administración pública de otras comunidades. Es un instrumento muy versátil, con muchas funciones, que trabaja a nivel interno de la Junta de Andalucía. Estoy muy contento con el puesto que el presidente pensó para mí, con que mis compañeros apoyaran este nombramiento. Estoy aprendiendo día a día, tomando decisiones.

-Y en lo referente al partido a nivel local, del que es presidente, ¿cómo queda? ¿Se va a desvincular?

-Con la vista puesta en las elecciones municipales, el partido va a seguir con la misma estructura orgánica. No me voy a desvincular hasta que no pasen las elecciones y una vez veamos qué pasa tomaremos la decisión coordinados con la dirección provincial. En el grupo municipal, yo me he ido y entra Joaquín Rodríguez Balestra, y seguirá haciendo el control que venimos haciendo del gobierno.

-¿Cómo está San Fernando?

-San Fernando está paralizada, por mucho que haya obras. No hay gestión, se ha visto en la Plaza del Rey o en la obra del Parque de La Magdalena. La señora Cavada ha vivido en una época de bonanza, con mucho dinero, y tiene un aparato publicitario pero cuando al final más de la mitad es mentira. Cuando uno tiene dinero puede llegar a gastar en cosas que no sirven para nada, o más en algo que sí necesario por hacer mal las cosas al principio. Ahí está el mercado central, que duplicó su precio; o el Ayuntamiento que pasó de 8 a 12 millones. Hay falta de responsabilidad con la ciudadanía: lo de Claudia Márquez y su casa no tiene nombre, en ningún sitio seguiría en su puesto; y hace unos días Antonio Rojas tuvo un enfrentamiento con una persona cuando como concejal tenemos que aguantar nos guste o no. Falta mantenimiento en la ciudad, con proyectos que muchas veces no llegan. A eso se suma una deslealtad institucional permanente con la Junta. Este equipo de gobierno está acabado. 

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