Sierra

La Guardia Civil asesta un nuevo golpe al tráfico de drogas en la Sierra de Cádiz

Entrada de la Guardia Civil en el punto de venta en Prado del Rey.

Entrada de la Guardia Civil en el punto de venta en Prado del Rey.

La Guardia Civil de Cádiz ha desmantelado dos puntos de venta de drogas en Prado del Rey y Espera

Los hechos ocurrieron cuando los guardias civiles de Prado del Rey en sus labores operativas y de investigación tuvieron conocimiento de que en el interior de un inmueble de la localidad se establecía un posible punto de venta de droga al menudeo, donde el responsable del punto de venta residía con su esposa y un hijo en edad escolar.

Estas sospechas cobraban fuerza al detectar un trasiego de toxicómanos, numeroso y constante, en las inmediaciones del domicilio del detenido, con el consiguiente desasosiego para los vecinos de la tranquila localidad serrana.

Tras obtener los correspondientes mandamientos de entrada y registro de la autoridad judicial competente, el pasado viernes, una vez comprobado que el menor no se encontraba en el domicilio, se procedió a la entrada y registro del domicilio controlado, deteniendo al responsable del punto de venta de manera inmediata. En el domicilio se encontraron más de 300 gramos de hachís, dispuestos en trozos para su venta, varias dosis de cocaína mezclada con heroína, conocido como 'rebujo', más de 1.000 euros en moneda fraccionado y numerosos teléfonos móviles y otros efectos que lo implicaban directamente en los hechos investigados.

Material intervenido en Espera. Material intervenido en Espera.

Material intervenido en Espera.

En la localidad de Espera, eran los guardias civiles del puesto principal de Arcos quienes se percataron al patrullar por la Avenida Constitución que en la puerta de un garaje trastero se estaban produciendo unos movimientos sospechosos.

Tras detener el vehículo y someter el garaje a una vigilancia discreta, observaron que dos personas, conocidos adictos de la zona, llamaban a la puerta y accedían al interior del garaje, el cual había despertado los recelos de los vecinos de la zona, alertando a la Guardia Civil que en su interior se podrían estar cometiendo algún tipo de ilícito penal.

Los guardias civiles optaron por llamar a la puerta de manera similar a la realizada por la pareja que había accedido minutos antes, y al momento les fue abierta la puerta y franqueada la entrada por una mujer, conocida de los agentes por dedicarse a la venta de estupefacientes al menudeo.

Al tener visión directa del interior comprobaron que sobre una mesa se encontraban una cantidad importante de lo que parecía heroína y cocaína, así como balanzas de precisión y efectos y útiles de los usados para la preparación y corte de estupefacientes, además de dos armas cortas y una carabina, sin poder determinar desde su posición si eran reales o simuladas. Para completar el panorama, en la estancia se encontraban las dos personas que habían entrado minutos antes, consumiendo 'rebujo' aspirado sobre papel aluminio.

Por todo ello, los guardias civiles accedieron al interior y tras inmovilizar a un hombre y una mujer como presuntos responsables del punto de venta y hacerse con el control de la situación, solicitaron refuerzos, que llegaron al lugar en cuestión de minutos, pudiendo completar el registro del garaje trastero.

El registro del lugar, permitió comprobar que las dos armas cortas se trataban de dos pistolas detonadoras y que la carabina se trataba de un arma de aire comprimido, careciendo de autorización alguna para su tenencia. Respecto de las sustancias encontradas, se trataba de 30 gramos de cocaína en roca, 10 gramos de heroína también en roca y de una pureza poco vista en la zona, además de 4 gramos de cocaína base, sustancias de corte para adulterar las mezclas y balanzas de precisión y útiles que aseveraban el delito de tráfico de drogas.

Por todo ello y tras informar a la autoridad judicial, se procedió a la detención de la pareja que controlaba el punto de venta y se denunció a los dos consumidores que se encontraban en el interior, los cuales habían pagado un “suplemento” por consumir en el interior, evitando así ser interceptados por la Guardia Civil con la dosis encima.

Tanto en el caso de Prado del Rey como en el de Espera, los responsables de los puntos de venta fueron puestos a disposición judicial como presuntos responsables de un delito de tráfico de drogas, sin perjuicio de la actuaciones administrativas que se desprenden de sus actuaciones, decretándose para todos ellos libertad provisional a la espera de juicio.

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