Tras más de quince años, desde su creación, la entidad Afanas El Puerto y Bahía dejará de gestionar el  Grupo Educativo de Convivencia Las Aletas, una residencia en régimen abierto para chicos menores de edad que cumplen medidas judiciales por problemas suscitados normalmente en el ámbito familiar, así como por problemas de conducta que han sido juzgados.

La residencia de las mismas características destinada a chicas, denominada Etrusca, sí seguirá siendo gestionada por Afanas. Las dos residencias cuentan con ocho plazas cada una.

La directora del grupo de convivencia Las Aletas desde hace seis años, Olga Pérez Puyana, seguirá al frente de este recurso con la nueva empresa, Ginso, ya que tanto ella como el resto de su equipo, formado por diez personas,  han sido subrogados por la nueva empresa gestora.

Al concurso convocado por la Junta para la adjudicación de este recurso se presentaron un total de cinco empresas.

Olga, que llevaba muchos años vinculada a Afanas -donde ha desempeñado también la labor de jefa de Comunicación- explica que afronta esta nueva etapa con  ganas y con ilusión y añade que  en este tipo de proyectos es muy importante para los usuarios contar con una rutina y una seguridad que les aporte confianza para seguir mejorando en su día a día, siendo siempre desaconsejables los cambios bruscos, de ahí que haya decidido, junto a su equipo, dar el  salto a este nuevo proyecto.

El periodo de concesión con la nueva empresa es por un periodo de cinco años y  este martes se formaliza la cesión a la nueva entidad, aunque e la gestión ya se desempeña en un nuevo emplazamiento desde el pasado 1 de enero.

La nueva casa también se ubica en El Puerto de Santa María, aunque en otro edificio ya que el anterior era propiedad de Afanas.

En toda  la comunidad el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía ha dado el visto bueno al gasto de 30.211.360,79 euros (el valor estimado alcanza los 34 millones de euros) para el funcionamiento de 16 grupos educativos de convivencia en regímenes femenino y masculino, para la ejecución de este tipo de medida judicial que supone la convivencia de estos menores con técnicos especialistas en viviendas en las que los menores, sin estar privados de libertad, llevan a cabo su vida bajo supervisión y con el objetivo de desarrollar su autonomía personal, funcional y social. Estos grupos facilitan un contexto socializador para el aprendizaje de normas de convivencia que faciliten el retorno a su núcleo familiar y social.