Volvo Cars y Breathe Battery Technologies han llegado al acuerdo de que la primera incorpore en sus modelos eléctricos el software de carga desarrollado por la segunda. Este software de gestión va a permitir que los Volvo, en lugar de que las baterías se carguen escalonadamente como hoy lo hacen, basándose en unas reglas predeterminadas, puedan realizar su proceso adaptativamente, con un control dinámico.

Este software tendrá beneficios para los procesos de carga en tanto que, según las estimaciones de Volvo, se reducirá entre el 15 y 30 por ciento el tiempo necesario para que las baterías pasen del 10 al 80 por ciento, manteniendo la misma autonomía y densidad de energía.

El nuevo software de gestión de carga de las baterías podría utilizarse en coches eléctricos ya en producción, como es el caso del EX30.

Además, estas mejoras se conservarán durante todo el ciclo de vida de la batería sin afectar a su conservación ya que el software de gestión evita el riesgo de formación de los depósitos de litio que, junto a su vida útil, también pueden reducir el rendimiento de las celdas.

La inversión que Volvo realiza en Breathe responde a una actuación del Volvo Cars Tech Fund puesto en marcha por la compañía en 2018 y que explora e invierte en empresas y tecnologías que transformen la industria del automóvil, por ejemplo, electrificación, inteligencia artificial, conducción autónoma, sostenibilidad y comercio digital.

También supone un paso más para un futuro totalmente eléctrico de la compañía automovilística, quien busca reducir a cero sus emisiones netas de gases de efecto invernadero y ser une empresa circular en 2040. Esta nueva tecnología supondría, junto a la reducción de los tiempos de carga, hacerlo sin necesidad de cambiar el diseño de la batería ni utilizar materiales adicionales, lo que aporta ventajas también en cuestión de impacto medioambiental.