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Volvo planea vender sólo coches eléctricos en 2030 y conseguir diez años más tarde el objetivo de ser une empresa neutral desde el punto de vista climático. Esto, que representa una de las transformaciones más radicales de un fabricante de coches tradicional, tiene un paso intermedio: la eliminación de su oferta de los motores de combustión.
Ahora, Volvo ha puesto fecha para dejar fuera de su gama los Diesel. Así, en la Climate Week de Nueva York ha anunciado su último coche con un motor de este tipo se producirá a principios de 2024. En la actualidad son numerosos los modelos de la marca sueca que aún disponen de este tipo de motor ya que puede encontrarse en los XC60, V60, XC90, V90 y S90. Estos coches emplean un 2 litros microhibridado con una arquitectura eléctrica de 48 voltios que tiene la denominación B4 en el caso las versiones de 197 CV y B5 de las de 235 CV. Hasta hace sólo cuatro años, la mayor parte de las ventas de Volvo tenían como protagonista este tipo de motores.
Desde noviembre de 2022, cuando Volvo vendiera su participación en Aurobay, la firma ya no ha invertido nada de su presupuesto de I+D en el desarrollo de nuevos motores de combustión interna. "Los sistemas de propulsión eléctricos son nuestro futuro y superiores a los motores de combustión: generan menos ruido, menos vibración, menos costos de servicio para nuestros clientes y cero emisiones del tubo de escape", ha dicho Jim Rowan, director ejecutivo de Volvo Cars. "Estamos totalmente enfocados en la creación de una amplia cartera de coches premium totalmente eléctricos que ofrecen todo lo que nuestros clientes esperan de un Volvo, y son una parte clave de nuestra respuesta al cambio climático".
Así, impulsado por las regulaciones de emisiones y cambios en la demanda, Volvo ha puesto su foco en la electrificación, dando la vuelta a sus ventas y consiguiendo que, actualmente, la mayoría de los coches que llegan a manos de sus clientes tienen sistemas de propulsión eléctricos o híbridos enchufables.
Menos Diésel en las calles también tiene un efecto positivo en la calidad del aire urbano; pues, si bien los Diesel emiten menos CO2 que los motores de gasolina, su volumen de compuestos químicos como el óxido de nitrógeno (NOx) es mayor. Estos gases, producto de las combustiones a alta temperatura con una mezcla rica en oxígeno, son perniciosos para la salud en tanto que contribuyen a la disminución de la capacidad pulmonar, bronquitis, asma, alergias e irritaciones de mucosas u oculares
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