Infractores cazados desde el aire. El dron desplegado en el Estrecho de Gibraltar por la Agencia Europea de Seguridad Marítima (EMSA, por sus siglas en inglés) y la Dirección General de la Marina Mercante para monitorizar las emisiones de los buques en la zona ha detectado 28 infracciones por superación de los límites de azufre en aproximadamente dos meses. Esta cifra supone un 8,7% del total de los buques que han sido controlados por el sistema. 

La aeronave no tripulada (RPAS) se ha utilizado por primera vez fuera de las áreas especiales de control de emisiones designadas en el norte de Europa. Su objetivo: detectar posibles emisiones por encima de los límites marcados en el anexo VI del convenio internacional sobre la polución marítima (Marpol), relativo a la prevención de la contaminación atmosférica. Principalmente, las de óxidos de azufre que serían reveladoras de fallos mecánicos, del uso de combustibles por encima de los límites o de torres de lavado de gases (scrubber) con fallos de funcionamiento.

Desde el 12 de julio, el dron realiza dos vuelos diarios con una media de diez inspecciones diarias desde su base del Banco del Hoyo, en Tarifa. Hasta ahora, han sido controladas 319 embarcaciones. De ellas, se encontraron posibles incumplimientos de los límites de contenido de azufre en un total de 28, según han explicado a Europa Sur fuentes de la Capitanía Marítima de Algeciras. Es casi un 9% de los buques en una zona por la que navegan cada año más de 115.000 buques, una de las más transitadas del mundo.

Las mediciones y registros tomadas sobre el penacho de las chimeneas se codifican automáticamente en el sistema de intercambio de información que activa una alerta en la base de datos Thetis-EU de la EMSA. Si bien esto no confirma directamente el incumplimiento, sí ayuda a las autoridades portuarias a seleccionar los barcos para su inspección en las siguientes escalas y poder efectuar las pruebas de laboratorio necesarias para sustentar cualquier posible sanción.

Es decir, estos 28 buques han quedado "marcados" para que las autoridades marítimas los controlen en sus siguientes destinos tras su paso por una de las rutas comerciales más utilizadas por las navieras de todo el mundo mundo. 

El dron de la EMSA estará operativo en el área del Estrecho hasta finales de este mes de octubre. El aparato utilizado es un Camcopter S100 y está bajo contrato con la EMSA del consorcio de Nordic Unmanned, Norce y UMS Skeldar. El aparato tiene la capacidad de despegar y aterrizar verticalmente desde un área de menos de 25 metros cuadrados, una duración de vuelo de más de seis horas y un alcance de más de 100 kilómetros, según explica la EMSA en su web. 

Para ayudar a detectar los gases generados por la combustión de combustible y expulsados a través de las chimeneas, la aeronave está equipada con sensores de gas y cámaras que cubren los rangos espectrales ópticos e infrarrojos.

Los servicios del sistema de aeronaves pilotadas a distancia (RPAS) se ofrecen gratuitamente a todos los estados miembros de la UE por parte de la EMSA. Se han desarrollado para ayudar en las operaciones de vigilancia marítima y el control de las emisiones de los barcos, y pueden operar en todos los mares que rodean la Unión Europea.

Dos buques navegan por aguas del Estrecho de Gibraltar.

La entidad explica que con este sistema se apoya la labor de los guardacostas, incluyendo tareas como la búsqueda y rescate, además de la prevención y respuesta a la contaminación. El sistema se encuentra en expansión. 

El despliegue de esta aeronave en el área del Estrecho ha sido posible a requerimiento de España a la EMSA y gracias a un acuerdo de colaboración en el que se han implicado la Capitanía Marítima de Algeciras (cuyo ámbito de actuación abarca desde Zahara de los Atunes a Punta Chullera), Salvamento Marítimo, la Agencia Española de Seguridad Aérea, el Ejército de Tierra, la Armada o la Guardia Civil. De hecho, tiene su base temporal de operaciones en territorios de ámbito militar. 

Límites de azufre

Las causas de un exceso de concentración de azufre en los gases de combustión de un buque, a expensas de una inspección en profundidad, pueden deberse a varias causas. Desde un fallo mecánico al uso de combustible con especificaciones por encima de la norma. O también a fallos en el sistema de depuración.

Desde 1 de enero de 2020, el límite mundial del contenido de azufre del combustible de los buques se redujo al 0,50% (del 3,50% anterior). Conocido como OMI 2020, este límite es obligatorio para todos los buques que operen fuera de ciertas zonas de control de emisiones designadas, donde el límite es del 0,10% y que incluye áreas de alto valor ambiental o las aguas interiores de los puertos. 

No obstante, la mayoría de los armadores optan por consumir fuel al 3,50% y someter los gases a un proceso de depuración en el scrubber. Estos sistemas, a ciclo abierto arrojan partículas, hidrocarburos, metales pesados, nitratos, sulfatos, nitritros y sulfitos que acaban en el mar por precipitación. Solo en determinadas circunstancias, por ejemplo en el interior de la Bahía de Algeciras, operan en ciclo cerrado en el que los compuestos se almacenan para su posterior tratamiento.

Residuos generados por un scrubber o torre de lavado de gases.

Estos residuos no se generarían con el consumo mayoritario de combustibles de bajo contenido en azufre (0,5%).

En los Puertos, la Capitanía Marítima de Algeciras realiza periódicamente inspecciones y muestreos con este mismo fin, siendo la Capitanía con mayor volumen total de actividad en España. 

Según datos aportados por la propia entidad, hasta el pasado 31 de agosto se han efectuado 218 inspecciones y 99 muestreos de combustible para su análisis en laboratorio. En total, en el conjunto del país se han acometido 1.196 inspecciones y 300 mediciones. Ya se ha superado el objetivo de 1.100 inspecciones para todo el ejercicio.