Maritimas

Lanzadas 34 boyas a la deriva para el estudio de las corrientes en el Estrecho

  • Pretende fortalecer la seguridad marítima Se trata de una de las actividades del proyecto MEDESS-4MS, del programa MED

Puertos del Estado coordinó ayer el lanzamiento de 34 boyas a la deriva en el Estrecho de Gibraltar, una de las zonas del mundo con mayor tráfico de buques y un punto de especial singularidad oceanográfica por el intercambio de agua entre Mediterráneo y Atlántico, para realizar una investigación sobre las corrientes que acontecen en las aguas del Estrecho.

El proyecto pretende mejorar el conocimiento sobre la dinámica de estas aguas y poner a prueba las capacidades de predicción de las trayectorias de vertidos de hidrocarburos, objetos o personas a la deriva en la zona.

El ejercicio, según explicó el Ministerio de Fomento en un comunicado, se enmarca en las actividades del proyecto MEDESS-4MS del programa MED de la Unión Europea, dedicado a la prevención de riesgos y el fortalecimiento de la seguridad marítima frente a los vertidos de hidrocarburos en el Mediterráneo.

En el lanzamiento de las boyas a la deriva participaron cuatro embarcaciones, tres unidades de Salvamento Marítimo (SASEMAR) y una embarcación de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras (APBA). Se utilizaron equipos aportados por el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA), el Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona (ICM-CSIC) y por Puertos del Estado.

Desde este momento, la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras acoge una Unidad de Seguimiento del Ejercicio, desde el que se monitorizará la trayectoria de las diferentes boyas lanzadas.

La Unidad estuvo integrada por expertos de las diferentes instituciones participantes y conectada con científicos de diferentes centros y Universidades, que además de gestionar la información y recoger sus observaciones en tiempo real, realizaron simulaciones numéricas con modelos de vertidos de hidrocarburo.

El servicio MEDESS-4MS proporcionará, según Puertos del Estado, "una herramienta de gran valor en cuanto a la detección precoz y el control eficaz de las crisis relativas a los vertidos en el Mediterráneo y mareas negras derivadas".

El proyecto se realiza en la zona del Estrecho de Gibraltar, una de las zonas del mundo con mayor tráfico de buques -más de 100.000 anualmente- y "un punto caliente en lo que a número de operaciones de búsqueda y salvamento en el mar se refiere", dado que es una ruta muy utilizada por los inmigrantes irregulares que suelen cruzarla para alcanzar la costa española.

La alta densidad de tráfico marítimo de la zona hace que esté expuesta a hipotéticos vertidos de hidrocarburos y, a su vez, es un área de alto valor medioambiental, con una importante extensión de zonas protegidas.

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