Corrida de Feria en la Montera

Miguel Ángel Pacheco y Curro Díaz abren la puerta grande en Los Barrios

  • La corrida de Ana Romero da resultado y brinda un interesante juego

Pacheco y Díaz salen a hombros en Los Barrios

Pacheco y Díaz salen a hombros en Los Barrios / Jorge del Águila

Esfuerzo el que de entrada tuvo que hacer Curro Díaz ante el que abrió plaza, toro parado de salida, que apretó en el caballo con la cara arriba. Fue con la muleta cuando el torero consiguió hilvanar faena sacando muletazos de regusto, a base de desengañar al toro aguantando las constantes miradas. Todo fue por el pitón derecho, por el izquierdo se acostaba en la embestida con un viaje muy corto. Mató de estocada entera aunque delantera y cortó una oreja con fuerza.

Buenas vibraciones transmitió el segundo de salida, llegando a los burladeros y apretando al caballo, pero se lastimó una mano y aunque intentaron aguantarlo en el ruedo fue devuelto en banderillas. En su lugar, un sobrero de Rehuelga que dio muy buen juego. Lanceó con gusto a pies juntos Joselito Adame, seguro y confiado. Inició faena doblándose por bajo, enseñando los caminos al toro, que lució su buena condición. Lució por ambos pitones, airoso y con recursos para rematar con una estocada recibiendo. Una oreja que pudieron, o debieron, ser dos. El toro fue ovacionado en el arrastre.

El linene Miguel Angel Pacheco venía con las ideas claras. Se fue a recibir al tercero a portagayola. Dirigió a sus peones tratando de dejar al toro entero. Se echó de rodillas, afanoso y con ganas, para arrancar con la muleta. Toreó por ambos pitones a un toro sin clase que salía con la cara alta pero tenía recorrido y nobleza. Se gusta, hay que esperarlo, apenas hace un año que tomó la alternativa y apunta buenas formas. Se le fue trasera y caída la espada, aún así cortó una oreja.

De nuevo inédito con el capote Curro Díaz ante el cuarto, apareció la magia de su toreo con la muleta. El toro estaba cogido con pinzas, justísimo de fuerzas y Curro, a base de paciencia y porfiarle, hizo que rompiera para adelante. Bellísimos naturales, relajado, vertical, de gusto exquisito. Un placer para los aficionados con paladar. Estocada corta y una oreja que le abre la puerta grande.

Joselito Adame apechugó con el toro más insípido del encierro, que iba y venía pero sin entrega. De ello sacó tajada el mejicano en una faena larga a la que le faltó intensidad, por lo que no encontró eco suficiente en los tendidos. No acertó con los aceros y recogió una ovación en el tercio.

Salió el sexto correoso y Pacheco lanceó con clase a la verónica. Cumplió en varas. No parecía que fuese a dar el juego que finalmente dio, y eso que casi toda la corrida fue igual en ese sentido. El torero lo supo ver, y fue exprimiendo la embestida, agradecida cuando se le hacían las cosas bien. Puede tener buen futuro este joven linense. Remató con varios circulares templados por el lado izquierdo hacia los adentros y manoletinas finales que, seguidos del epílogo de la estocada, pusieron en sus manos las dos orejas del buen toro, premiado además con la vuelta al ruedo que, visto esto, también la mereció el segundo.

Tras la salida a hombros de Díaz y Pacheco, buen sabor de boca el que nos deja este experimento. Experimento por la escasez de festejos de otros encastes que podemos ver. Toros que había que tratar de "otra manera", que requieren de técnica, paciencia y enseñar recorrido. Hecho esto, son agradecidos y permiten grandes triunfos. El garbanzo negro no estuvo en el ruedo, estuvo en el tendido, por la escasez de público ante un cartel puramente para aficionados y, como comentaba con mi compañía, actualmente existe un mayor público social, ocasional, que frecuenta carteles más mediáticos, que lo que denominamos aficionados entendidos.

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