La Junta reúne con optimismo contenido a la dirección de Acerinox y los trabajadores para poner fin a la huelga

Este lunes, cita en Sevilla

Acordar el convenio colectivo, aparcar el ERE con el mantenimiento del quinto turno de trabajo y desjudicializar el conflicto, las claves para solucionar un pulso que supera ya los cuatro meses

UGT y CCOO, partidarias de mantener todos los puestos de trabajo

Una pancarta y miembro de un piquete, el pasado jueves, en los aparcamientos de Acerinox.
Una pancarta y miembro de un piquete, el pasado jueves, en los aparcamientos de Acerinox. / Erasmo Fenoy

Lo que ha salido hasta ahora a la luz pública han sido los insufribles cortes de tráfico en la A-7, las manifestaciones y las asambleas de trabajadores a lo largo de más de cuatro meses, periodo transcurrido desde que el 5 de febrero pasado los trabajadores de Acerinox Europa iniciaron una huelga con carácter indefinido en demanda de un convenio colectivo acorde a sus peticiones. Lo que no se ha visto, en cambio, han sido las decenas de reuniones y las incontables llamadas de teléfono que han precedido a la cita que la Consejería de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo ha convocado para este lunes, 10 de junio, en su sede en la Isla de la Cartuja, en Sevilla.

A la reunión, con la Junta de Andalucía en el papel de anfitriona y árbitra, han sido convocadas la dirección de la compañía, con su CEO al frente, y los trabajadores, representados por un comité de huelga integrado por los sindicatos ATA, UGT, USO y CCOO. (La Coordinadora de Trabajadores del Acero, aun con representación en el comité de empresa, se descolgó de los paros). El objeto primordial de la cita es rebajar la tensión y poner el acento en la firma de un convenio colectivo que finiquite la huelga y reactive la producción en la planta de Palmones (Los Barrios) donde trabajan 1.800 empleados de Acerinox, más 500 de empresas contratistas.

Aunque con muchísima prudencia y un optimismo más que moderado, los múltiples contactos mantenidos entre las partes -con mediadores incluidos- hacen albergar la esperanza de que la huelga tenga los días contados. Las fuentes consultadas enumeran las claves de la ansiada paz social:

  1. El convenio colectivo. Es la prioridad, la clave de bóveda a partir de la cual se podrá volver a trabajar y sobre la que se podrá desarrollar el plan de inversiones diseñado por la compañía. La planta de Palmones necesita como el comer una puesta a punto, a fin de responder a las necesidades presentes y futuras que exige el mercado. Aunque con la boca pequeña, muchos consideran que la propuesta de convenio formulada por el Consejo Andaluz de Relaciones Laborales (CARL), rechazada por la plantilla en referéndum y sin ser del todo satisfactoria, representa a pesar de todo una buena base sobre la que alcanzar el consenso. Objetivo: lograr un acuerdo sin perdedores con el que todos ganen.
  2. Mantenimiento del quinto turno de trabajo. Los sindicatos UGT y CCOO son los que más insistencia hacen en la necesidad de que la factoría de Palmones se mantenga a pleno rendimiento 24 horas los siete días de la semana. Al contrario que ATA, que no descarta un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) “sin despidos traumáticos” y el pase de la actividad en la factoría a un sistema de solo tres turnos (lo que llevaría a la desaparición de entre 450 y 575 empleos), las dos centrales sindicales consideran que hay que defender la totalidad de los puestos de trabajo -el "todos a una", pero de verdad- como la mejor garantía de que Acerinox se mantendrá en Los Barrios.
  3. Desjudicializar el conflicto. La dirección de Acerinox se ha negado hasta ahora a retirar la demanda judicial por convocatoria de huelga ilegal contra los siete miembros del comité de empresa pertenecientes a ATA. No se trata de una cuestión objeto del convenio y es muy probable que en la reunión de este lunes ni tan siquiera aparezca recogida como tema de debate. A nadie escapa, sin embargo, que la retirada de dicha demanda representa un as que la compañía se guarda en la manga. Jugado de forma oportuna, puede ser decisivo para poner el punto final al conflicto.
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