Enciclopedia de La Línea

El motociclismo en La Línea

  • TOMO VI El sexto volumen de la Enciclopedia de La Línea recoge la historia del deporte en el municipio. Es el tomo más extenso de todos y recoge un capítulo sobre las pruebas motociclistas.

La afición a las motos en nuestra ciudad se remonta a mediados del siglo XX, con la creación del Moto Club Linense. Esta asociación participa activamente en las Cabalgatas de la feria linense e incluso monta su propia caseta en el Real de la Velada. Por aquellos tiempos organiza pequeñas carreras de motos, que tienen su salida fundamentalmente desde la Avenida España, justo enfrente del Retén Municipal.

También se organizan Gimkanas motoristas, normalmente en la Plaza de Toros, donde el público asistente puede comprobar la pericia de los participantes en estas pruebas.

Con la llegada a la presidencia de la entidad de Lorenzo Pérez-Periáñez Troya y ayudado por un gran plantel de colaboradores, entre los que se encontraba el joven piloto linense Antonio Romero Luna (que luego sería también presidente) se organiza en diciembre de 1969 la primera carrera de motos en el recién inaugurado circuito urbano de la Ciudad Deportiva. Tras esa experiencia, vinieron muchas otras carreras y gracias al esfuerzo del Moto Club se consiguió que fueran puntuables para el Campeonato de España. Todo un honor que La Línea de la Concepción tuvo durante 20 años.

Fueron muchos los pilotos de renombre que corrieron sobre el asfalto de esta ciudad, reflejados en las crónicas de la época y grabados en la memoria de tantos linenses aficionados al mundo del motor. Pilotos como Ángel Nieto, Benjamín Grau, Víctor Palomo y Arnau participaron en los trofeos de velocidad Ciudad de La Línea y fueron sumando puntos para ser los mejores del país. El circuito de entonces era urbano y abierto. Cuando se organizaban las carreras se solían instalar vallas, pero la seguridad, ni que decir tiene, se alejaba muchísimo de la de hoy en día. De hecho, tuvo lugar algún suceso trágico, como el que se vivió durante la carrera del 10 de agosto de 1976. El diario Abc recogió entonces que un niño de ocho años falleció cuando un piloto perdió el control de su moto en 250 centímetros cúbicos y se estampó contra una valla, con ese lamentable resultado.

Y es que por aquel entonces, que los pilotos se cayeran de sus máquinas también era más usual que ahora, ya que hay que tener en cuenta que las carreras no se realizaban en circuitos cerrados, donde el asfalto tiene unos cuidados y un mantenimiento. Ese amargo día en la historia del motociclismo en La Línea, Ángel Nieto ganó en 50 y en 125 centímetros cúbicos, mientras que Víctor Palomo se hizo con la victoria en 250 cc. y Benjamín Grau ganó en la categoría de 750 cc. Hubo otro accidente mortal el día 29 de julio de 1984, esta vez en el circuito del Polígono Industrial de Campamento, como comentaba el diario Abc del día después y que insertamos a continuación:

"Un muerto y tres heridos graves en el Campeonato de España de Motociclismo. Cardús, indignado por la falta de seguridad en el circuito.

El III Trofeo de Velocidad Campo de Gibraltar, celebrado ayer en el circuito del Polígono Industrial del Campamento de San Roque, organizado por el Motoclub Linense, ha concluido con un monumental escándalo y, lo que es peor, con tintes trágicos, al ocurrir un accidente en la prueba de 250 cc, del que resultó muerto un espectador y varios heridos más.

Una moto se salió del circuito y arrolló a 10 espectadores, de los cuales uno resultó muerto y tres heridos graves, más otros con carácter reservado y leve. La falta de seguridad del circuito, pese a que había sido autorizado por la Federación Española en esta misma semana tras ser verificado por varios de sus directivos, fue el generador de toda la polémica suscitada en esta segunda prueba valedera para el Campeonato de España 1984 de velocidad.

El Campo de Gibraltar hacía cuatro años que no celebraba prueba alguna de velocidad por razones de seguridad, hecho que se eliminó en este año, volviendo a programarse la carrera, pero en vez de La Línea de la Concepción en la vecina San Roque. El día fue caluroso y varios miles de espectadores estuvieron presentes en los aledaños del circuito, lo que motivó mucho retraso en el inicio de las carreras, por la gran cantidad de público que superaba las balas de paja como medida de seguridad que rodeaban el trazado. En la primera carrera, de 125 cc, que totalizaban 20 vueltas al circuito con 46 kilómetros de recorrido, ya se apreció la irregularidad del mismo, pero no surgieron incidentes. Venció Carlos Morantes, seguido de Pedro Segarra. En la segunda carrera, una de las más interesantes a priori pese al devaluado gran premio por las ausencias de los mundialistas Ángel Nieto, Sito Pons y Aspar Martínez, sobrevino la tragedia.

Cuando se corría la vuelta número cinco y los tres primeros puestos de cabeza iban comandados por Carlos Cardús, Juan Garriga y Luis Miguel Reyes, las motos de Toni García y José Corominas chocaron en una curva, saliendo disparada la moto del primero hacia la zona donde estaba el público, arrollando a 10 espectadores que se hallaban encima de las balas de paja. Inmediatamente el director de la carrera, Andrés Molinas, suspendió provisionalmente la prueba, que después sería con carácter definitivo. Mientras, los heridos fueron evacuados a la Residencia Sanitaria del Campo de Gibraltar. Allí falleció José Cano Rodríguez, de cuarenta y seis años, mientras que permanecían tres heridos graves, dos de pronóstico reservado y el resto leves.

El parte médico facilitado habla de fracturas de piernas, brazos, clavícula, hemorragias, conmociones cerebrales, etcétera. Entre los heridos figuraban algunos extranjeros que habían acudido al circuito. Uno de los accidentados declaró a Abc: "Cuando chocaron las motos vimos salir disparada una hacia nosotros y prácticamente no nos dio tiempo de nada. El impacto dio de lleno a un hombre, que quedó sangrando por la boca en el suelo. Allí todos intentamos huir".

Con esta situación los pilotos de 250 cc se negaron a continuar la carrera, incluso afirmando Carlos Cardús que no va a correr ninguna prueba más del Campeonato de España de velocidad por estos problemas de seguridad que entre los circuitos y el público vienen ocurriendo en España. Añadió: "Ahora comprendo por qué los grandes de la moto no vienen a estas carreras".

A última hora, tras muchas discusiones, se corrió la prueba de 500 cc, que fue ganada por Luis Miguel Reyes en dura pugna con Carlos Morán. Los organizadores, al final, aseguraron que los problemas de seguridad les habían desbordado, por la gran cantidad de público que había acudido a la carrera, aunque el director de ésta aseguraba que el orden se había respetado por los comisarios y que toda la tragedia sobrevino por un choque en la pista. Lo realmente lamentable es que la velocidad haya vuelto a Andalucía tras varios años de ausencias y haya dejado directa o indirectamente un reguero triste en su recuerdo.

Las últimas carreras

Las últimas carreras de motociclismo, allá por los primeros años de la década de los 80, no se celebraron en el circuito urbano de la Ciudad Deportiva, sino que tuvieron lugar en el viario del Polígono Industrial de Campamento, en los alrededores de Confecciones Gibraltar. Por todo ello, podemos sentirnos orgullosos de tener un pasado glorioso, que merece un lugar en la historia, porque no todas las ciudades cuentan con la experiencia de haber formado parte del mundo del motociclismo al más alto nivel.

No podemos hablar de motociclismo en La Línea sin comentar la historia del Vespa Club Linense. Esta entidad participó activamente en muchísimos actos festivos y culturales, abriendo las Cabalgatas de la Velada, de Navidad y de Reyes, con sus motos y sus señoritas ataviadas a la andaluza, organizando infinidad de eventos, como carreras de motos, ginkana, carreras de cinta, excursiones a determinados lugares, etc.

También se montaba la caseta de este club en el Real de la Velada. Recordamos a presidentes, como José Chacón Vichino, Martín Serrano…

Nos ha ayudado mucho en la elaboración de este capítulo, Ildefonso Herrera Martos, con sus numerosas fotos y algunos comentarios.

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