La Línea saca a licitación la recuperación de las ruinas del Fuerte de Santa Bárbara por 819.000 euros
El proyecto trasformará el espacio en un museo al aire libre con un módulo de recepción y la intervención en varios elementos originales del enclave
El fuerte de Santa Bárbara
El Ayuntamiento de La Línea ha sacado a licitación con un presupuesto de 819.345,20 euros (IVA incluido) el acondicionamiento de las ruinas del Fuerte de Santa Bárbara. El objetivo es transformar este enclave histórico en un espacio museístico abierto, respetuoso con la memoria militar que dio origen a la ciudad.
Los trabajos estarán financiados con fondos Next Generation de la Unión Europea dentro de las ayudas para municipios afectados por la transición energética por el cierre de instalaciones como la central térmica de Los Barrios. La convocatoria se llevó a cabo por concurrencia competitiva y el municipio logró 5 millones de euros para este proyecto y para la reforma del parque Princesa Sofía.
El proyecto no contempla la reconstrucción del fuerte –prohibida por ley– sino un meticuloso acondicionamiento que permita comprender su estructura, importancia histórica y relación con la Línea de Contravalación, el sistema defensivo español frente al Peñón de Gibraltar.
El acondicionamiento incluye la construcción de un módulo de recepción de 160 m², realizado en hormigón reciclado con restos históricos del propio recinto. Este volumen albergará servicios básicos, una maqueta del fuerte y un espacio audiovisual para visitantes. Todo con una estética austera y sobria, acorde al entorno militar.
Además, se intervendrá en los elementos originales del conjunto: el glacis, espacio ajardinado adaptado al nivel actual de la ciudad; la banqueta, primera línea defensiva para fusileros, donde se instalará una empalizada de madera tratada, siguiendo el sistema defensivo original; y el camino cubierto, que se recuperará como pasillo de recorrido, delimitado por bordillos metálicos, pavimentado con gravilla y dotado de señalética museística.
El acceso al recinto se organizará a través de una plaza de ingreso arbolada, con iluminación decorativa y bancos. Desde ahí, los visitantes podrán cruzar el antiguo foso mediante un puente de madera de 16 metros de largo, que conecta con la plaza de armas del fuerte. Esta albergará recorridos señalizados con plataformas de observación, iluminación ambiental y paneles explicativos para conocer estancias históricas como el polvorín, la capilla, y los alojamientos de oficiales y tropa.
El límite del BIC (Bien de Interés Cultural) quedará marcado por una empalizada de madera que recrea el perímetro defensivo original. El acceso se hará por un nuevo puente de madera de 16 metros que permitirá entrar al corazón del fuerte: la Plaza de Armas, desde donde podrán visitarse los antiguos alojamientos de tropa, oficiales, el polvorín y una capilla.
Ruinas con memoria
Las soluciones constructivas se basan en el respeto al legado histórico y la sostenibilidad. La intervención reutiliza restos del propio fuerte y del desaparecido Fuerte de San Felipe -que se encontraba en la zona de poniente y algunos restos fueron trasladados a una gola del Fuerte de Santa Bárbara-, que se integrarán en la museografía del lugar. Se trata de “hacer del Fuerte de Santa Bárbara un lugar de acogida de los restos propios y ajenos, como símbolo de la Línea de Contravalación”, señala la memoria del proyecto.
El objetivo es que el recinto funcione como un museo arqueológico al aire libre, donde los visitantes comprendan no solo la arquitectura defensiva de los siglos XVIII y XIX, sino el origen militar de la propia ciudad de La Línea de la Concepción.
El origen de La Línea
La historia del Fuerte de Santa Bárbara está íntimamente ligada al nacimiento de La Línea. En 1779, con el estallido del tercer y último sitio de Gibraltar, el fuerte se convirtió en pieza clave de la Línea de Contravalación, una red defensiva española construida para impedir el avance británico. Sin embargo, su funcionalidad como defensa quedó limitada sin apoyo naval, y en 1810 fue destruido por orden del gobernador británico de Gibraltar ante el avance de las tropas napoleónicas.
Desde entonces, el fuerte quedó en ruinas, y aunque se han propuesto proyectos de recuperación en distintas épocas, ninguno había prosperado. Ahora, con esta licitación, el Ayuntamiento abre una nueva etapa que busca recuperar no solo las piedras, sino también la memoria colectiva de una ciudad que nació como frontera.
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