Los comerciantes de La Línea protestarán contra "la privatización" de la gestión del mercado municipal
La manifestación se realizará este sábado, 13 de septiembre, a las 19:30 en la calle Isabel La Católica, con el apoyo de la Federación Linense de Asociaciones Vecinales Inmaculada
El Ayuntamiento de La Línea pretende que una concesionaria asuma la gestión del nuevo Mercado de la Concepción
Los comerciantes del mercado municipal de La Línea se manifestarán nuevamente por las condiciones del traslado al renovado mercado de la ciudad, que espera abrir sus puertas en 2026. En esta ocasión, se concentrarán este sábado, 13 de septiembre, en calle Isabel La Católica a las 19:30, para que "pare el proceso de privatización". Los comerciantes consideran que la intención del Ayuntamiento de otorgar la gestión de la plaza comercial a una empresa concesionaria les perjudicará.
Esta protesta se suma a la que ya hubo con uno de los proyectos de recuperación de patrimonio más interesantes en el municipio linense: la subida de tasas para los comerciantes que quieran estar en el histórico Mercado de la Concepción. La tasa estimada para un puesto de ocho metros cuadrados era en torno a los 550 euros mensuales, en el que se incluye ocupación, servicios de vigilancia, limpieza, retirada de residuos, suministros y marketing.
Las discrepancias surgieron por la actualización del canon municipal, que no se llevaba a cabo desde el año 2000. La revisión y actualización conllevó a una subida de precios, ajustados a las condiciones actuales. No obstante, las movilizaciones hicieron que la Alcaldía anunciara rebajas fiscales y ayudas para facilitar el traslado de los comerciantes.
Entre las medidas destacadas figura una rebaja significativa en las tasas para los puestos de venta: en el caso de uno de ocho metros, el precio mensual se reducirá de los 550 euros inicialmente previstos a 348 euros, más IVA. A ello se suma una subvención extraordinaria de 180.000 euros a repartir en los tres primeros años: 90.000 euros el primer año, 60.000 el segundo y 30.000 el tercero. Con esta ayuda directa, la cuota mensual quedaría en 268 euros durante el primer año, 300 euros en el segundo y 332 en el tercero.
Las asociaciones vecinales se suman
Se corre el grave riesgo de convertir el mercado municipal “en un mercado gourmet o en una suerte de sala de eventos, perdiendo su propósito original y con ello una de nuestras tradiciones”, según la Flavi
La Federación Linense de Asociaciones Vecinales Inmaculada (FLAVI) se sumará a la convocatoria de los comerciantes. “Desde el inicio hemos expresado nuestro apoyo a los comerciantes porque entendemos que no están defendiendo solo sus puestos de trabajo y su medio de vida, sino un legado de todos los linenses y una de nuestras tradiciones más arraigadas, un espacio que construye comunidad y vecindad”, detallan en un comunicado.
La Flavi considera importante que la población se una a los comerciantes por distintos motivos: “Primero, el mercado nos ayuda a promocionar y proteger el comercio local, nuestra plaza de toda la vida, un comercio cercano, vecinal, amable, que mueve la economía y el empleo locales y favorece la sostenibilidad. Segundo, el mercado debe ser un servicio público, es más eficiente y es más justo, para mantener una red sólida de comercio local frente a la competencia atroz de grandes superficies. Tercero, el mercado debe garantizar un alquiler asequible o pierde sus dos funciones anteriores. En lugar de eso, la propuesta del Ayuntamiento convierte los puestos en los espacios comerciales más caros de la ciudad, expulsado ya a muchos comerciantes a alquileres privados”.
Para la federación vecinal, se corre el grave riesgo de convertir el mercado municipal “en un mercado gourmet o en una suerte de sala de eventos, perdiendo su propósito original y con ello una de nuestras tradiciones”. “Es un paso más en la estrategia de gentrificación del gobierno linense, en imponer ese modelo de ciudad a la malagueña, como afirma el alcalde”. “Si el mercado municipal como lo conocemos deja de existir, eso tendrá un impacto en el resto del pequeño comercio, en la vivienda, en nuestra vida comunitaria. Así que defender nuestro mercado municipal no es defender los privilegios de nadie, sino un servicio público de todos y una ciudad donde los vecinos y vecinas estamos en el centro”.
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