Una casa de premio

La Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo reconoce las innovaciones que introduce José Luis Muñoz en la Casa de los Vientos, situada en la Alcaidesa.

Una casa de premio
Una casa de premio
R. Máiquez

21 de julio 2016 - 07:48

Salta a la vista. Basta pasear por la urbanización Alcaidesa para caer en la cuenta de que una vivienda destaca sobre el resto. Es la Casa de los Vientos, que ha sido reconocida por la XIII Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo con uno de los galardones en la categoría de Urbanismo: paisaje y ciudad, porque el proyecto aporta ingeniosas e innovadoras soluciones urbanísticas con recursos limitados.

La Casa de los Vientos es un proyecto desarrollado por el arquitecto José Luis Muñoz Muñoz, director técnico y fundador del estudio Re-Activa, con la colaboración de Marta Reguera Gutiez, estudiante de arquitectura, y Sara Pavón Castillero, arquitecta.

La bienal destaca de esta vivienda que cumple “el preciso y precioso equilibrio entre los condicionantes geográficos del lugar, los deseos de los usuarios, la versatilidad programática, la honestidad constructiva y el ajuste económico impuesto por las circunstancias actuales”. El propio José Luis Muñoz reconoce en la ficha en la que presentó la vivienda a un concurso de la Fundación Arquia que el proyecto nació en 2012 tras desestimar uno anterior realizado en 2009 debido a la entrada de la crisis económica, que afectó negativamente a los promotores. “Con el nuevo proyecto era necesario reducir el precio de la obra de 470.000 euros (1.640 euros por metro cuadrado) a 160.000 (650 euros por metro) y disminuir la superficie construida manteniendo el programa de necesidades básicas de una vivienda de vacaciones para una familia de cuatro miembros de tres generaciones distintas con igualdad de poder de decisión en el resultado”, explica el arquitecto.

El encargado del proyecto destaca que esta situación le planteó el interesante reto de conseguir “una vivienda igual de digna que la anterior para la misma familia, en el mismo lugar y partiendo de un presupuesto tres veces menor al acordado en el proyecto inicial”.

Para ello, Muñoz resalta que se mantuvieron tres máximas en el proyecto y durante la obra: “La forma surge a partir de la orientación, de los vientos predominantes y del disfrute de los espacios exteriores y sus vistas; aceptamos una honestidad constructiva y sinceridad material; asumimos la austeridad de medios y encontramos la belleza en lo económico”.

La Casa de los Vientos recibe su nombre de las dos terrazas de las que consta la vivienda. “Los espacios exteriores cuentan con la máxima habitabilidad. Su uso será cambiante en función del sentido de los vientos. Se crean así una suerte de porches, terrazas, muros cortavientos y miradores que moldean un volumen habitable exteriormente todos los días del año. En planta baja se duerme y en planta alta se disfruta en una plataforma exterior con piscina orientada a sureste, la terraza de Levante, protegida del viento de Poniente, el más frío, fuerte y predominante en la zona. Cuando sopla Levante, se disfruta en la terraza de Poniente, situada en cubierta y mirando hacia Gibraltar”, destaca el arquitecto.

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