Tribunales

Penas de cárcel para los responsables de una obra en La Línea en la que un trabajador sufrió un accidente laboral

David Santiago, el trabajador que sufrió el accidente laboral en 2004.

David Santiago, el trabajador que sufrió el accidente laboral en 2004. / Andrés Carrasco

David Santiago, trabajador de la construcción que sufrió un accidente laboral en La Línea en 2004 y que esperaba desde hace dos años la sentencia tras la celebración de un juicio que fue suspendido varias veces, ha recibido el fallo esta semana, días después de la publicación de su caso en Europa Sur. La titular del Juzgado de lo Penal número 3 de Algeciras ha condenado a los demandados con penas de cárcel y al pago de una indemnización cercana a lo que solicitaba el perjudicado, 50.000 euros. 

Al primero de los demandados la jueza lo condena como autor responsable de un delito contra los derechos de los trabajadores y otro de lesiones por imprudencia grave, con el atenuante de dilaciones indebidas, a la pena de dos años de prisión y nueve meses de multa, con una cuota diaria de 15 euros con la responsabilidad personal subsidiaria del en caso de impago o insolvencia. También deberá cumplir dos años de inhabilitación para la profesión de arquitecto técnico. 

El otro acusado también es declarado culpable de un delito de lesiones por imprudencia grave, con atenuante de dilaciones indebidas, y condenado a la pena de seis meses de prisión y otros seis meses de inhabilitación para la profesión de oficial de primera en obras de construcción. 

Ambos también deberán indemnizar conjunta y solidariamente a David Santiago, representado por el letrado Juan Luis Moreno Retamino, con 24.500 euros por las lesiones sufridas y las secuelas padecidas, con un incremento del 35%. El fallo declara la responsabilidad civil directa a la compañía aseguradora. Estas cantidades se deberán incrementar con el interés legal correspondiente desde la fecha del accidente, que tuvo lugar en 2004. Subsidiariamente deberá responder por esta cantidad la empresa que había contratado al trabajador accidentado, aunque esta ya se disolvió.

Los hechos

La sentencia recoge que en el supuesto de autos quedó claro, y no fue objeto de controversia alguna el modo de causación del accidente. Este tuvo lugar el 17 de noviembre de 2004, cuando David Carmona se encontraba junto a un compañero hormigonando un pilar subidos a un andamio portátil. En ese momento, uno de los acusados, encargado de la cuadrilla de trabajo, procedió a mover el andamio con el fin de acercar más a los trabajadores al pilar mientras que David y su compañero se encontraban subidos a él. 

El encargado quitó los frenos antirrodadura del andamio y con ayuda de otro peón, ya fallecido, procedió a desplazar la estructura, chocando en un momento dado las ruedas con un obstáculo, lo que provocó las caída de los dos trabajadores desde una altura de unos cuatro metros, causando lesiones graves, consistentes en una fractura de pelvis, a David Santiago Carmona y lesiones leves a su compañero. 

Falta de seguridad

Los hechos probados de la sentencia recogen que, aunque se había elaborado el preceptivo Plan de Seguridad y Salud, la obra adoleció de las más elementales medidas de seguridad: los trabajadores no recibieron información alguna sobre los riesgos derivados de su actividad y de cómo prevenirlos; no se dispusieron medidas de protección colectivas para prevenir, entre otros, el riesgo de caídas a distinto nivel; no se facilitaron a los operarios equipos de protección individual; y los trabajos eran ejecutados sin supervisión alguna.

Tal cúmulo de negligencias se debieron principalmente, según la sentencia, a la conducta del otro acusado, el arquitecto técnico de la obra, que había sido designado por la empresa contratista como técnico de prevención de riesgos laborales, y también ejercía funciones de jefe de obra al ser responsable de dirigir y organizar las actividades en el tajo de los trabajadores.

David sufre las secuelas que le dejó el accidente. Físicamente, padece un problema en la cadera, discartrosis, nódulo de Schmorl y un edema interior. Psicológicamente, rememora el momento en muchos momentos, incluso no pudiendo conducir. "A veces voy andando y pienso que me puedo caer", asegura.

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