Manuel Rodríguez 'El Brillantina'

EL 22 de febrero de 1970 -ayer se cumplieron 44 años-, falleció Manuel Rodríguez de Alba, conocido artísticamente como El Brillantina, en un fatídico accidente automovilístico tras salir de una de sus actuaciones en la sala de fiestas El Berrenchina, situada en la carretera entre La Línea y Algeciras. Encontró la muerte al sufrir un trágico accidente de tráfico, ya en la entrada de La Línea, en la curva del Príncipe Alfonso. El Brillantina residía en La Línea desde hacía ya bastantes años y en esta misma ciudad se había casado y formado una familia. Fruto de su matrimonio tuvo un único hijo, Manuel Rodríguez Ochoa. Los demás ocupantes del vehículo accidentado resultaron ilesos, pero él falleció horas mas tarde en el Hospital Municipal, desde donde partió hacia el cementerio llevado a hombros durante todo el camino por familiares y amigos.

El fallecimiento de El Brillantina fue muy lamentado también por su compañeros de escenarios, como Lola Flores. Manuel Rodríguez de Alba, aunque nació en Chiclana de la Frontera (Cádiz) en 1920, se sentía linense de corazón, ya que desde muy joven se afincó en La Línea de la Concepción. Ya de joven apuntaba maneras con sus ocurrencias, como cuando para entrar en el cine se ponía tres o cuatro pasas en la mano y al que estaba en la puerta le preguntaba: "¿Qué esto que tengo en la mano?". Y como es lógico le decía: "pasas", y el decía: "pues paso"... y se colaba. Después, naturalmente, iba a buscar a su hermana y le pagaba su entrada.

El Brillantina, era cantaor, bailaor y humorista. Del Brillantina cuentan los más cercanos que no se podía mantener ninguna conversación seria con él, puesto que siempre terminaba con cualquier ocurrencia de las suyas, siendo la risa una constante en su vida cotidiana, no solo y exclusivamente el objetivo a cumplir en su trabajo. Su gracia era innata, para nada estudiada ni aprendida de nadie; era difícil que le salieran igual dos números de los que realizaba aunque los repitiera, debido a la genial impronta que tenía. Por eso su repertorio era tan variado, cosa que no ocurre con sus imitadores, que solo pueden utilizar parte del inagotable humor que caracterizaba a este genial caricato. Reunía todas las características necesarias para estar entre los caricatos más señeros; el espontáneo gracejo que aportaba con su mímica facial y corporal que acompañaban a todos y cada uno de sus relatos y anécdotas cortas y picantes le hicieron ser un humorista de gran categoría, digno de ser imitado aún muchos años después de su muerte.

Los que tuvieron la suerte de conocerlo dicen que la técnica que utiliza Chiquito de la Calzada es copia de la que utilizó Brillantina en sus actuaciones. En la actualidad el cantaor flamenco El Nano de Jerez mantiene en su repertorio el popular número del Bombero, parodia que aprendió del Brillantina, según cuentan los veteranos.

Como cantaor conocía y dominaba un extenso abanico de cantes, pero sin duda ninguna era en las fiestas donde él destacaba más, ya fue más solicitado para interpretar este tipo de cante, tanto para amenizar fiestas privadas (que tanto se daban en aquella época) como para trabajar en los distintos tablaos madrileños y en diversas ciudades españolas.

Trabajó en los espectáculos de grandes artistas de la época como son Manolo Caracol, Lola Flores, Jarrito, etc. El 26 de junio de 1960 actuó en la Plaza de Toros La Perseverancia de Algeciras junto a todo un elenco de actores encabezados por Jarrito y Flores el Gaditano, completando el cartel Rafael el Tuerto, Chato Méndez, Dominguillo, Pepe el Sevillano, los hermanos Sánchez y su padre, Antonio Sánchez. Se presentó en Madrid en 1961, en el tablao Las Cuevas de Nemesio. También perteneció en distintas temporadas a los denominados 'Las Cuevas de Nerja'. En 1964 fue contratado en Los Canasteros, Torres Bermejas, La Pagoda Gitana y El Jaleo en Marbella; en Torremolinos en El Brillante; en La Línea, El Boquerón de Plata; Tablao Ana María, y El Platero. Intervino en varias películas cinematográficas, entre ellas 'Una Señora Estupenda', de Lola Flores. También trabajó en numerosas salas de fiestas. Fue amigo de Juanito Maravillas, Rancapino, Flores el Gaditano, del Beni de Cádiz... Trabajó en distintos sitios con sus grandes amigos los hermanos Montoyita; Juan y Manolo, con los que compartió importantes momentos de su vida no solo en lo profesional sino también en lo personal y de muchos más artistas con quienes trabajó en distintos tablaos y ciudades como fueron Terremoto de Jerez, Bambino, Fosforito, Faico, Pansequito, Argentina Coral y una gran cantidad de artistas, cantaores, cantaoras y bailaores y bailaoras de la época. Todos los que tuvieron la suerte de conocerlo y tratarlo coinciden en que era muy buena gente, muy noble y humano y que era todo un personaje dotado de un arte especial.

Manuel derrochaba arte y simpatía no solo encima de los escenarios, sino también en su día día, con su familia, amigos y vecinos. En el patio donde vivía a las 5 de la tarde era todo un espectáculo. Todos sus vecinos esperaban a que Manuel cogiera una toalla de baño y se pusiera a torear a un gallo, que el crió, el cual embestía como si fuera un toro, y Manuel, con su arte, arrancaba las carcajadas de los vecinos. Lógicamente esto solo fue hasta que hubo que usar el gallo para el puchero.

Otra anécdota muy curiosa es la que relata José Antonio Garmendia en su libro La Taberna de El Traga, que dice así:

Y como broche feriado, vaya un increíble suceso protagonizado por aquel Brillantina, que murió en ingles en las primera páginas del libro. La feria de abril de no recuerdo que año, se vio magnificada con la presencia de la excelentísima señora de don Francisco Franco Bahamonde, Caudillo de España y Generalísimo de los Ejércitos. En una caseta muy principal, con entrada muy restringida, se le ofreció a la Collares un agasajo postinero, con sus fundamentos puestos en un cuadro flamenco de altísimo caché, langostinos que no eran congelados y jamón que no era de Teruel. Imposible saber como y por que, entre los distinguidos asistentes se encontraba el Brillantina, muy arregladito él, jamoneándose y mariscándose a gustito. Y fue que la primera dama dio por terminado el acto y se dispuso a retirarse. El Brillantina, abriéndose paso a codazos entre los invitados y los escoltase plantificó delante de la amada onírica de Eduardo el Traga. Y le dijo: "Tita, tita, ¿te voy a por un taxi?". Nadie ha llegado a explicarse como el Brillantina no fue fusilado al día siguiente al amanecer.

El artista algercireño Flores el Gaditano le dedica estas palabras en su libro Charlas con Flores el Gaditano: "Seguí pensando que lo del Brillantina podía ser algo fabuloso y al mismo tiempo comercial y ¿sabes una cosa? El tiempo me ha dado la razón con el Chiquito de la Calzada que, con una simple imitación de lo que hacía Brillantina, ha obtenido un grandísimo éxito".

A su muerte, le compuso un poema que tituló Plegaria al Brillantina:

Ya no brilla más la luz

de aquella gracia tan fina

del gran artista andaluz

de renombre Brillantina.

Manuel Rodríguez de Alba

fue su nombre y apellidos

y en las tinieblas del alba

para siempre se ha perdido

¡Brillantina! ¡Brillantina!

Manuel Rodríguez del Alba:

como artista y buena gente

"tos" los flamencos del mundo

han de llorar por su muerte.

¡Brillantina! ¡Brillantina!

Todo bondad y corazón.

¡Brillantina! ¡Brillantina!

Artista por la ley de Dios…

te han llorao los "gachós",

te han llorao los gitanos,

con el profundo dolor

que se le llora a un hermano.

La gracia del Brillantina

eran rosas escogidas

de rosales sin espinas.

Con esto termino y doy las gracias a su hijo, Manuel Rodríguez Ochoa, por el que su padre sentía una gran adoración, y a su nuera ,Inmaculada Anillo Carreño, la cual me ha cedido estas letras, esta pequeña semblanza de un gran artista, humorista y sobre todo una buena persona con un gran corazón.